Un árbol perfecto para cualquier casa: da frutas, no se seca y sus raíces no rompen el piso
El ciruelo se impone como una de las mejores opciones para quienes buscan un árbol frutal resistente, compacto y de bajo mantenimiento.

Si tenés un espacio reducido pero soñás con disfrutar de tus propias frutas sin preocuparte por daños en el piso o en las estructuras, el ciruelo es la opción que estabas buscando. Este árbol combina belleza, practicidad y resistencia en partes iguales. Conocé los detalles.
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A diferencia de otras especies frutales, el ciruelo tiene raíces poco invasivas, por lo que no levanta el suelo ni afecta construcciones cercanas. En espacios chicos puede alcanzar entre 4 y 5 metros de altura, lo justo para ofrecer sombra y frutos sin complicaciones.
Entre sus principales características se destacan:
- Raíces superficiales y seguras, ideales para patios o terrazas.
- Flores blancas o rosadas en primavera que atraen abejas y mariposas.
- Frutos dulces y jugosos en verano, perfectos para comer frescos o preparar mermeladas.
Además de su aspecto decorativo, el ciruelo soporta bien los climas cálidos y la sequía. Aunque necesita riegos moderados, puede sobrevivir con poca agua si el suelo tiene buen drenaje. Esto lo convierte en una opción ideal para jardines urbanos o macetas grandes.
El mantenimiento es mínimo: solo requiere podas ligeras cada año para mantener su forma y mejorar la producción, y una fertilización primaveral con abono equilibrado para garantizar una buena cosecha.
En resumen, el ciruelo es un árbol práctico, resistente y estético. No levanta el piso, ofrece frutas en verano y resiste la falta de agua, lo que lo transforma en el aliado perfecto para tener un toque natural y frutal en casas pequeñas.
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