Qué significa "qui tacet, consentire videtur", una de las frases más polémicas del latín
La expresión latina Qui tacet consentire se traduce como “quien calla, consiente”, pero su aplicación no siempre es tan simple como parece.

La frase Qui tacet consentire —traducida como “quien calla, consiente” o “el silencio otorga”— es una de esas expresiones que escuchamos seguido, pero pocas veces entendemos de dónde viene. Su origen está en el Derecho Canónico, y durante siglos se usó para señalar que, si alguien tiene la oportunidad de hablar y no lo hace, su silencio puede interpretarse como aceptación. Conocé los detalles.
Con el tiempo, esta idea se expandió al ámbito jurídico general: se presume que si una persona debía expresar su desacuerdo y no lo hizo, su silencio equivale a consentimiento. Sin embargo, los tribunales y juristas modernos aclararon que no siempre es así. El silencio no implica automáticamente estar de acuerdo, sobre todo si no hay pruebas de que la persona comprendiera la situación o tuviera la obligación de pronunciarse.
En la práctica legal actual, la máxima se interpreta con cuidado. Solo se considera consentimiento cuando hubo conocimiento y posibilidad real de respuesta. De lo contrario, el silencio puede ser simple desconocimiento, duda o incluso estrategia.
Más allá del derecho, la frase también se aplica en política y diplomacia. En organizaciones internacionales como la OTAN o la Unión Europea, existe el llamado “procedimiento de silencio”: si un país no plantea objeciones dentro de un plazo determinado, se asume que aprueba la medida, y el proceso puede avanzar sin trabas.
En definitiva, Qui tacet consentire nos recuerda algo clave: a veces, callar puede significar aceptar… pero no siempre. Todo depende del contexto, la intención y la oportunidad que tuvo quien eligió el silencio.





