Para Diego, un poema
Las palabras no alcanzan para el hombre que supo encarnar la identidad argentina y defenderla hasta el último minuto de su vida. Para un poeta, un poema.

Cuatro niñas y tres niños lo observaban
anhelando que esos rulos
desecharan todo hastío de una vida sin razón.
Acá está, vieja querida,
me llamaron de la cancha para dar algo de show.
Metro y medio, inflaba el pecho.
Tenía pinta de campeón.
Che, Chitoro,
no me alcanza solo eso.
Flamearé junto a los pobres.
Encarnaré a cada muerto.
Estorbaré a los poderosos
porque no hay señal que salde
la desazón del olvido
de un pueblo tan dolido
por la falta de representación.
Se desvanece en el ocaso
de quienes le imploran de rodillas,
absortos ante su imagen
del que será su regazo.
Ahora es el pueblo el que le grita,
que él ya les pertenece,
que no les alcanza solo eso
y que lo quieren ver de nuevo
gambetear a cada paso.
Maradona

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