Alex Barrena, la revelación del año en el tenis argentino
El joven de casi 23 años escaló más de 400 puestos en el ranking ATP y jugó su primera qualy de Grand Slam.

El domingo 29 de septiembre de 2024, el primer día del Challenger de Buenos Aires, Alex Barrena salió a la cancha contra Gonzalo Villanueva para ver quien avanzaba a la segunda ronda de la qualy. El experimentado Villanueva -también pasó la clasificación este año- se llevó el partido en el tiebreak del tercero ante una tribuna repleta de familiares y amigos de Alex. Hoy, casi un año después, el joven de 22 años, que serán 23 el 10 de octubre, llega a su partido contra Bautista Torres como el 188° del mundo en vivo y finalista del Challenger de Villa María.
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El año de Barrena empezó con un nivel un tanto irregular, y hasta marzo tenía un récord de siete partidos ganados y 16 perdidos, pero a partir del Challenger en San Miguel de Tucumán pegó un salto muy grande. En el norte de su país se quedó con el título, perdiendo solo un set (en la semifinal contra Murkiel Dellien) y desde ahí fue. Contando a partir del 21 de abril, cuando debutó en el CH norteño, su récord es de 34 victorias y 12 derrotas. En el medio, viajó a Nueva York y tuvo su primera participación en la qualy de un Grand Slam, donde cayó ante Kimmer Coppejans por 4-6, 7-6 y 6-3.
Su crecimiento en el ranking es notable: en octubre de 2024 estaba en el puesto 717, y cuando ganó en Tucumán todavía estaba más allá del 550. Ya asentado en el nivel Challenger, tiene todas las condiciones para seguir escalando y llegar a competir en ATP de gran manera.

Durante su adolescencia, y su etapa donde casi sin darse cuenta llegó a jugar al tenis profesional, su papá Maximiliano era su coach. A los 16, mientras que todavía jugaba al fútbol, su vida dio un giro cuando decidió irse a Europa a participar de los interclubes. Durante ese periodo disputó varios torneos junior y los resultados acompañaron, por lo que se volcó al profesionalismo. En 2020, con 18, fue a su primer Grand Slam Junior en Roland Garros.
El chico que en una edición del ATP de Buenos Aires le alcanzó la toalla a Rafa Nadal, que hasta hace un año estaba 600 del mundo y que incluso en su adolescencia no tenía pensado ser pro, hoy es la revelación del año en el tenis argentino. ¿La casualidad? El salto lo pegó tras ganar en su país, donde solo se disputan siete torneos Challenger y uno ATP al año. Sin muchas oportunidades, y con una organización a nivel mundial que apunta a jugar todos los días en la misma superficie, Argentina sigue apareciendo en el mapa, e incluso, después de tres potencias como Estados Unidos, Francia e Italia, es quien más jugadores aporta al top 100.

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