La Selección Argentina y algunos dilemas en la adversidad
La derrota por 1-0 ante Ecuador simplemente deja un par de interrogantes en cuanto al desempeño del seleccionado nacional cuando tiene situaciones incómodas por resolver.

Partamos de la base de que la derrota en Guayaquil no modifica en absoluto el análisis general hecho en relación a la Selección Argentina en su notable derrotero en estas Eliminatorias camino al Mundial 2026. Se llegaba al encuentro ante un duro rival con los atenuantes lógicos de una clasificación conseguida hace tiempo, la ausencia de Lionel Messi y de otros baluartes, el ser visitantes en una cancha difícil, contra un durísimo rival, con un entrenador argentino que nos conoce de sobra, que no viene recibiendo goles. En fin, era un partido tan a priori intrascendente en un punto como interesante en otro.
Hecha esta aclaración, un par de vectores de análisis para abordar en lo concerniente a este juego en sí propio, no tanto como preocupación a futuro, sino como cuestiones para apuntar y, por qué no, mejorar.
Hemos hablado en más de una oportunidad en que Argentina trabaja muy bien las transiciones en cuanto a las composiciones de su plantel, en consonancia con la consecuente depuración hacia el mejor once competitivo. Los jugadores grandes se van retirando. Ya no está Ángel Di María, Messi elige los partidos, Nicolás Otamendi empieza a despedirse. Tras de ellos, viene una "guardia media", que pasará a ser la vieja guardia, compuesta por Dibu Martínez, Cuti Romero, Enzo Fernández, Alexis Max Allister, Lautaro Martínez, Rodrigo De Paul, Leandro Paredes y Julián Álvarez, principalmente. Ellos serán los anfitriones de las nuevas camadas, que empezamos a ver en las convocatorias del cuerpo técnico. En todo este movimiento, van pasando los partidos, los cuales Argentina resuelve muy bien cuando no tiene demasiadas complejidades en la competencia las cuáles superar.

La antipatía de los nombres propios, pero, bueno, no queda otra mi viejo. No viene siendo bueno lo de Gonzalo Montiel. Pero tampoco lo de Nahuel Molina. Otamendi ha tenido tantas de estas de ver los números desde atrás y recurrir a la falta o rogar que Dibu saque el mano a mano, que, la verdad, no extraña. Un buen capitán, que se empieza a despedir de la Selección. Leonardo Balerdi no pudo aprovechar la oportunidad, su partido fue muy flojo. Argentina está bien de centrales, pero porque descansa en que Cuti Romero y Lisandro Martínez serán la zaga por mucho tiempo. Del lado izquierdo, el corazón de Nicolás Tagliafico cuando se pasa de rosca termina siendo un problema y estuvo en cancha todo el partido de milagro. A Nicolás González, Giovanni Lo Celso y Juan Foyth los podríamos marcar como de una especie de vieja guardia, pero pocas soluciones brindan cuando las papas realmente queman, más allá del poco apego popular que tienen, habida cuenta de que ninguno jugó en Bover.
Quien sí jugó en uno de los dos grandes es Franco Mastantuono, quien, con su juventud pero con su actualidad -por algo le dieron la 10-, empieza a tener minutos, aunque no devuelva un poco todavía de todo lo que se espera de él. Giuliano Simeone es puro empuje, sus intervenciones se justifican meramente por su entusiasmo. Claro, es la antipatía de hacer nombres propios. Pero esto es la Selección Argentina.
Otra adversidad es el jugar con diez jugadores por expulsión temprana. Argentina está en condiciones física y futbolísticas de poder ejercer su supremacía, pero no fue el caso ante Ecuador. Se perdió, como le pasa a veces, en las peleas con rivales y árbitros, en lugar de intensificar las posibilidades de su juego, quizás complicado por la intensidad y el rigor técnico ecuatoriano. Podríamos también decir que Argentina eligió un sistema táctico de espera y réplica veloz, un equipo decidido a esperar y salir rápido en el repliegue de su rival y no salió. Podríamos decir también que cuando Argentina decide ceder iniciativa, no se ve lo mejor del equipo. Y si el rendimiento individual es flojo, peor.
Nicolás Otamendi vio la roja en la Selección Argentina ante Ecuador

Este 0-1 entonces nos deja un partido con algunos interrogantes que, seguramente, serán anotados por el excelso cuerpo técnico que tiene la Selección. Nos deja también un cierre de unas Eliminatorias estupendas que, tal vez, no merecían una derrota, aunque justa. Y, finalmente, nos deja a un equipo argentino que tiene muchas variantes que requieren de su mejor versión a la hora de vestir la camiseta, pero también nos deja a un equipo que siente muchas veces algunas importantes ausencias.

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