Acuña involucrado en escándalos, una constante en los partidos importantes de River
El Huevo fue una de las figuras en la clasificación del Millonario ante Racing por Copa Argentina, pero volvió a protagonizar una trifulca sobre el final del partido.

Más allá de que el de anoche era un encuentro trascendental para un River que llegaba golpeado por la eliminación en la Copa Libertadores, para Marcos Acuña lo era aún más: enfrentaba a Racing, equipo cuyos hinchas quedaron muy enojados por su decisión de vestir la camiseta del Millonario y no regresar a mediados del año pasado. Una vez consumada la clasificación del conjunto de Marcelo Gallardo, el Huevo, como en cada partido importante que jugó su equipo en los últimos meses, fue protagonista de una trifulca. Una costumbre peligrosa para un futbolista que, por su experiencia, debería ser una voz de mando dentro del vestuario y evitar este tipo de exabruptos.
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El descontento de los hinchas y jugadores de la Academia comenzó cuando el lateral izquierdo demoró para sacar un lateral en el segundo tiempo. Hizo jueguitos con la cabeza, hecho que desató la furia de algunos plateistas que comenzaron a arrojarle objetos, a insultarlo y a tratarlo de mercenario.
Una vez que Hernán Mastrángelo hizo sonar el pitazo final, hubo un careo entre ambos planteles en el centro del terreno de juego, con las emociones aún a flor de piel luego de concretarse el triunfo millonario. Acuña y Adrián Balboa, con quien había tenido algún roce durante el partido, quedaron cara a cara insultándose. Rocky lo escupió y desencadenó la furia del campeón del mundo, que agachó la cabeza cual toro y lo fue a buscar. Marcelo Gallardo y los propios futbolistas rivales lo contuvieron para evitar que la situación escalase.
El tenso momento no pasó a mayores, aunque Gonzalo Costas, ayudante de campo de su padre Gustavo, aprovechó para descargarse con Maximiliano Salas al hablar del Huevo, a quien acusó de "desagradecido ahora que es campeón del mundo".
Cabe remarcar que la llegada del ex-Ferro a River provocó mucho fastidio por parte de los hinchas de Racing, que se sintieron decepcionados ante la actitud del futbolista porque creían que el lateral se había ganado un nombre en el mundo del fútbol gracias a lo hecho en la institución. Tras su debut con la Banda en agosto pasado, Acuña se defendió: "El único que me llamó fue River, fue Marcelo (Gallardo). Después, ningún club más del fútbol argentino preguntó. Creo que los dirigentes de Racing se manejaron muy mal. Me ensuciaron a mí y a mi familia. Recibí amenazas de mucha gente, solo por lavarse las manos ellos".
Pero la de este jueves no fue la primera vez que el neuquino estuvo involucrado en una acción de estas características. Una vez consumada la eliminación del Mundial de Clubes ante Inter, Acuña explotó contra Denzel Dumfries, viejo conocido del duelo entre Argentina y Países Bajos del Mundial de Qatar.
Tras una acalorada discusión, el neerlandés le hizo unos gestos con los brazos y el Huevo explotó: lo corrió por toda la cancha. Apenas lo advirtieron, otros jugadores salieron atrás para frenarlos. Armani lo detuvo y también se sumó el propio Cristian Chivu, director técnico del Neroazzurro. Por su parte, Dumfries -acompañado por algunos compañeros- se marchó directo al vestuario, mientras un grupo de hinchas de River le tiraba palos de banderas.
Hace apenas una semana atrás, Acuña volvió a protagonizar un escándalo en la eliminación de River frente a Palmeiras, por la Copa Libertadores. A diferencia de los dos casos anteriores, su accionar violento se produjo dentro de los 90 minutos y no una vez finalizado el partido.
A los 13 minutos del segundo tiempo el lateral campeón del mundo -que ya estaba amonestado- se enfureció con rivales: empujó violentamente a Vitor Roque y le dio un cabezazo en el pecho al uruguayo Emiliano Martínez. El árbitro Andrés Matonte no advirtió lo que sucedió y tampoco intervino el VAR para pedirle que revisara la situación por si ameritaba roja directa.
Sin embargo, sobre el final del partido, le cometió una infracción a Facundo Torres dentro del área, el juez sancionó penal y le mostró la segunda amarilla. La roja a Acuña fue el principio del final para River en la serie, ya que segundos más tarde José Manuel López convirtió la pena máxima y estiró la ventaja del Verdao.
Sin dudas el temperamento de Acuña es un aspecto en el que debe puntualizar Marcelo Gallardo. Jugando al fútbol hay poco que achacarle, ya que fue de los mejores jugadores de River en el año, pero debe controlar sus ataques de ira porque le pueden costar muy caros tanto a él como al equipo.
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