Cómo el ejercicio físico ayuda a dejar atrás los malos recuerdos, según la ciencia
Un estudio reciente sugiere que la actividad física promovería cambios cerebrales que favorecen desprenderse de experiencias dolorosas.

Hacer ejercicio no solo es bueno para el cuerpo: también podría ayudarte a que los recuerdos que duelen pierdan peso emocional. Conocé las conclusiones del estudio.
Investigadores analizaron cómo la neurogénesis en el hipocampo —la capacidad del cerebro adulto de crear nuevas neuronas— interviene en la memoria y el olvido. El estudio halló que quienes hicieron actividad física tenían un debilitamiento de recuerdos previamente instalados, haciendo más fácil olvidar experiencias no deseadas.
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Cuando nuevas neuronas se integran, el “cableado” cerebral se reconfigura. Eso ayuda a que conexiones antiguas—especialmente aquellas ligadas a memorias dolorosas—pierdan fuerza. En experimentos con ratones, los que corrieron “desaprendieron” asociaciones anteriores más rápido y con menos interferencia.
Entre los beneficios del ejercicio en este contexto, los autores destacan:
- Mayor flexibilidad cognitiva, permitiendo adaptarse mejor ante situaciones nuevas.
- Reducción del vínculo emocional con recuerdos negativos.
- Posible aplicación complementaria en salud mental, aunque no reemplaza la terapia profesional.
Aunque los resultados provienen de modelos animales, abren la puerta a investigaciones humanas que confirmen el efecto —y su intensidad— en cada persona. Mientras tanto, sumar actividad física regular (caminatas, trote, bici) puede ser una estrategia natural con doble beneficio: salud corporal y un aliado para el bienestar emocional.
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