Jugó en la Selección de México, pero su carrera se terminó cuando lo condenaron a 75 años de prisión
Omar Ortiz defendió el arco del seleccionado mexicano y de varios clubes de su país, como Rayados, Necaxa y Atlante. En 2012 cayó preso por integrar una banda de secuestradores.

Omar Ortiz había jugado casi 300 partidos como arquero profesional en el fútbol de su país y hasta había tenido una presentación con su selección cuando cayó preso. El portero llevaba dos años suspendido cuando en 2012 fue detenido y luego condenado a 75 años de cárcel por el delito de secuestro extorsivo junto a otros tres delincuentes que formaban parte de su banda.
El exjugador había quedado fuera del fútbol luego de que el 9 de abril de 2010, cuando estaba en Rayados, lo sancionaran por haber dado doping positivo en una serie de partidos que disputó en la Copa Libertadores. En los análisis le encontraron un esteroide prohibido que ayudaba a aumentar la masa muscular y lo sancionaron por dos años.
Sin embargo, nunca volvió porque cuando le quedaba poco para calzarse los guantes otra vez, terminó detenido. Aunque se sospecha que pudo haber sido más, lo condenaron por haber participado en al menos tres secuestros y formar parte de la organización criminal que, suponen, tenía nexos con el cártel del Golfo.
Según la Agencia Estatal de Investigaciones, El Gato, como lo apodan, proporcionaba información sobre las víctimas elegidas y cobraba hasta 100 mil pesos mexicanos por cada uno de los rescates. Sin embargo, él solo confesó su participación en dos secuestros, por los que habría cobrado unos 6 mil euros. Uno de estos fue en octubre de 2011 cuando privaron de la libertad a una menor y a Armando Gómez, el esposo de la famosa cantante mexicana Gloria Trevi.

El exfutbolista fue condenado a 75 años al igual que Luis Alberto Támez Hernández; mientras que los otros que recibieron su pena fueron César Acosta Canchola, a 70 años, y Héctor Eduardo Treviño Urbano y Jorge Aníbal Treviño Hernández (capturado después), quienes sólo fueron sancionados por su participación en dos de los tres secuestros.

Desde entonces, Ortiz permanece recluido en el Penal de Cadereyta, pero quienes han tenido algún contacto en los últimos años dicen que cambió rotundamente su comportamiento. En 2017 fue víctima de un motín en ese penal, donde murieron cuatro personas, y resultó gravemente herido por los golpes que sufrió. A partir de ese día se convirtió a la religión y hasta se lo suele ver con una biblia bajo el brazo.
La faceta futbolera de Ortiz quedó totalmente opacada por esta versión de convicto peligroso. En el olvido quedó su etapa como arquero donde vistió las camisetas Rayados en diferentes etapas, ya que fue el club en el que surgió, Atlético Celaya, Necaxa, Jaguares y Atlante. También se calzó la de la Tri en una victoria por 3-1 ante Guatemala, por la Copa de Oro, el 20 de enero de 2002. Hoy su nombre quedó en el olvido salvo por algunos artículos que de vez en cuando se publican y lo recuerdan como el arquero secuestrador.
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