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Van y vuelven: las causas detrás de los prematuros regresos de las promesas argentinas

Las vueltas de Alejo Véliz y Hernán López Muñoz a la Liga Profesional en este mercado de pases, luego de menos de tres años en Europa y Estados Unidos respectivamente, abrieron el debate. El desarraigo, la clave de tener un entorno saludable y el factor económico aparecen como elementos fundamentales en varios casos.

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Por Santiago Fiorda
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López Muñoz y Véliz regresaron este mercado, mientras que Farías lo hizo en enero del 2025.

En un mundo futbolístico cada vez más ansioso y prematuro, potenciado por el apuro de generar ingresos millonarios -de parte de los clubes- y estabilización económica -en el lado de los jugadores-, muchas de las jóvenes promesas que brotan en el fútbol argentino emigran rápido y regresan en un abrir y cerrar de ojos. Reciente fue el caso de Alejo Véliz, cuyo pase aún pertenece a Tottenham Hotspur, pero retornó a préstamo a Rosario Central dos años después de haberse ido por 15 millones de euros, con algunas cesiones en el medio a Sevilla y Espanyol de Barcelona. ¿Cuáles son las razones detrás de estas veloces vueltas?

Está claro que cada futbolista es un universo distinto, pero en los últimos cinco años hubo, al menos, 20 que se fueron a países europeos, norteamericanos o asiáticos -sin contar los que se marcharon a ligas latinoamericanas- y volvieron al cabo de, como máximo, tres temporadas. Por citar algunos ejemplos:

Alejo Véliz
Véliz volvió a Rosario Central dos años después de haberse ido (@RosarioCentral).

Las edades varían, pero todos tenían menos de 23 cuando armaron su valija y se prepararon para adaptar su cuerpo, mente y alma a un nuevo ambiente, con diferentes costumbres, comidas, climas y hasta idiomas. Pero, de acuerdo con las palabras de Marcelo Roffé, licenciado en Psicología y con más de 30 calendarios de trabajo en el fútbol, no hay un número mínimo necesario para irse. "No hay una edad para emigrar... Lo que está claro es que el jugador tiene que estar maduro. Ahora, ¿qué es la madurez? Física, técnica, táctica, psicológica, la suma de las cuatro áreas", apunta en una charla con zeapp.site.


Sin embargo, una de las claves es el entorno del joven, desde su círculo familiar más cercano hasta sus amigos y su representante. "Argentina es un país del tercer mundo y cada vez hay más pobreza. Esto hace que cualquier jugador de fútbol en general diga '¿dónde tengo que firmar?' cuando el representante le acerca una oferta. Hace 30 años que hay apuro por emigrar, desde que yo soy psicólogo de fútbol. Pero cada vez se acentúa más porque la familia del jugador quiere vivir sin trabajar, digamos. No digo que sea en todos los casos, pero sí en muchos. Entonces, a veces lo aconsejan mal", añade el responsable del área psicológica de la Selección Colombia de Néstor Lorenzo.

López Muñoz
Hernán López Muñoz estuvo un año en Estados Unidos, antes de retornar a Argentinos juniors a préstamo.

Hay destinos que son más amenos que otros. No es lo mismo firmar con un cuadro de la liga española, donde el lenguaje y el ambiente son bastante similares a la Argentina, que en una institución de Arabia Saudita, lugar en el que los husos horarios y las costumbres cambian radicalmente. "Para mí el idioma es muy importante. Tienen que contemplarlo. Hay algunos que no se acostumbran nunca al país y otros que aprenden idioma rápido, pero son los menos. Pero lo primero que mira el futbolista no es eso, sino cuánto le dan, porque sabe que es una carrera corta y que esto es un negocio", describe el autor de más de 20 libros.

Y, en este camino, ejemplifica: "Yo tengo un jugador que una vez me dijo que lo querían de India. Yo le mostré un video en el que las ratas caminaban por arriba de la comida. Le dije: 'Mirá, esto lo tenés que saber'. Me contestó: 'Me parece que no voy a ir entonces'".

Matías Galarza
Matías Galarza, la joya de Argentinos que estuvo dos años en Bélgica y luego pegó la vuelta a Talleres (Isosport/MB Media/Getty Images).

No obstante, el proceso de adaptación es paulatino. Lleva de tres a seis meses. Al uruguayo Enzo Francescoli, Príncipe de River, le costó un año y medio adaptarse a la Argentina luego de cruzar el Río de la Plata. Gonzalo Martínez demoró casi dos temporadas en reacomodarse y su pase fue de Huracán de Parque Patricios al Millonario de Núñez, ambos en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Y en el medio aparecen el desarraigo, el miedo al fracaso y el temor a lesionarse. Por eso, muchos profesionales sufren inconvenientes físicos durante los primeros meses en un nuevo territorio.

"Los dos primeros meses son durísimos porque es un duelo. Por más que se van con una energía distinta, la familia se queda, la novia se queda o quizás en el trayecto el futbolista tiene que tomar la decisión. Y por ahí la pareja no está preparada para convivir. Puede significar el fin de una relación", señala el presidente de la Sociedad Latinoamericana y del Caribe de Psicología de la Actividad Física y del Deporte (SOLCPAD).

"Ahí es donde digo que un mal entorno le puede nublar la razón o ayudarlo a tomar malas decisiones", enfatiza el exlíder de la Asociación de Psicología del Deporte Argentina como una causa primordial, y suma: "Quizás estás apurado porque querés comprarle la casa a tu mamá o a tu papá o tenés deudas. En estos 30 años vi muchos representantes y el 90 por ciento piensa más en ellos que en el jugador. Lo apura, le dice 'este es el último tren, mirá si te lesionás' , porque quiere hacer el negocio él. Como muchas veces es más inteligente que el entorno y el jugador está desesperado, no es tan difícil para ellos convencerlos".

Esteban Cambiasso
Cambiasso tuvo que volver a Independiente y River luego de irse al Real Madrid, aunque después triunfó en Inter (Fotobaires).

No es actual este comportamiento en el fútbol argentino. Gino Peruzzi pasó de Vélez a Catania por 3,7 millones de euros en agosto de 2013 y retornó al cabo de un año y medio a Boca. Ricardo Centurión fue vendido de Racing a San Pablo, una liga más lindera en el mapa, en enero de 2015 y volvió a préstamo al Xeneize en agosto de 2016. Ninguno de los dos se pudo asentar en otro torneo que no fuera la actual Liga Profesional.

También puede haber excepciones, como la de Esteban Cambiasso, que, después de dejar Argentinos Juniors para ir a Real Madrid por la patria potestad, tuvo que ganar rodaje en Independiente y River a principios de los 2000. Luego pegó la vuelta al Merengue y salió multicampeón en el Inter de Italia. Pero es cierto que se contrasta con los casos de Juan Sebastián Verón, Carlos Tevez y Ángel Di María, entre otros, que recién decidieron regresar cuando ya habían hecho una nutrida carrera en el Viejo Continente.

Di María
Di María, el caso inverso: se fue a los 19 años a Europa y retornó a los 37 al fútbol argentino (Luciano Bisbal/Getty Images).

Mientras algunos prefieren mantenerse en la Argentina por el valor estable del dólar en el último año, que hace que en algunos clubes de acá ganen más dinero que en el exterior, otros todavía eligen el camino de marcharse en edad de adolescencia o joven adultez, como Franco Mastantuono -cumplirá los 18 en agosto- o Román Vega (21). Es una incógnita saber qué será de sus futuros en Europa. Sin embargo, el doctor en Psicología Marcelo Roffé concluye: "Lo bueno del fútbol es que no tiene lógica, no hay una receta. Y en lo psicológico tampoco, aunque sí hay indicadores".

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