Barrena, en semifinales del Challenger de Buenos Aires y con su mejor ranking: "Mi mayor cambio fue en lo mental"
El joven que escaló más 400 puestos durante 2025 habla sobre su presente, lo que tuvo que mejorar y cómo mantener este nivel.

Después de casi tres horas de partido, Alex Barrena se para en el medio de la cancha a festejar su victoria. Con los brazos extendidos y encogiendo los hombros mira a su banco y sonríe, como Michael Jordan contra Portland Trail Blazers. Otra vez ganó, y ya se está acostumbrando a ganar. En una batalla a cancha llena, venció a Guido Iván Justo por 6-2, 6-7(1) y 6-3 para meterse en las semifinales del Challenger de Buenos Aires. Además, escaló hasta el puesto 183 del ranking en vivo, el mejor de su carrera. En una charla con zeapp.site, destacó que el cambio en la mentalidad fue fundamental para poder ascender más de 400 lugares durante 2025.
"Alex, un gusto", se presenta quien el miércoles por la tarde noche, tras ganar ante Dellien, se mezclaba entre la gente de la tribuna para llevarle toallas y yogures a sus familiares que esperaban para verlo en el dobles. Tan cansado como feliz, después del partido que el mismo describe como una batalla, puntualiza sobre la clave de su crecimiento tenístico: "Lo más importante es la mentalidad, al final los golpes ya los tenía, pero ese cambio de chip me hizo crecer mucho". Hace poco menos de un año, su primer y único encuentro en Buenos Aires fue derrota contra Gonzalo Villanueva en el Court 7 por la primera ronda de la qualy. En los resultados está claro que el cambio de chip del que habla lo hizo en el Challenger de Tucumán, donde consiguió levantar su primer título en la categoría perdiendo tan solo un set. Desde el 21 de abril, el día que debutó en la competición norteña, su récord es de 36 victorias y 12 derrotas.
Aunque tiene apenas 22 años, que el 10 de octubre serán 23, el argentino habla de cómo pudo madurar mentalmente, entendiendo también el lugar que ocupa el deporte en su día a día: "Obviamente que ocupa un rol muy importante, y es algo central, pero con el tiempo empezás a entender que no es más que tenis. Al final, no puede ser toda tu vida"

Su crecimiento en el ranking es notable: en octubre de 2024 estaba en el puesto 717, y cuando ganó en Tucumán todavía estaba más allá del 550. Sin embargo, antes de todas las victorias, venía de pasarla mal. Al final de la temporada pasada sufrió una fractura en su espalda que lo alejó de la actividad profesional durante un tiempo, y antes de conquistar su primer Challenger tuvo un comienzo de año irregular con cuatro triunfos y nueve caídas. Otra vez, el porteño pone el foco sobre el trabajo en la parte mental: "Con Gustavo -Tavernini, su entrenador- laburamos mucho en eso. También tengo mi psicólogo deportivo que me ayuda mucho". "Durante los partidos hay que seguir, seguir y seguir. Me enfoco en mi juego, en lo que tengo que hacer yo y trato de alejarme de lo externo", concluye.
Sobre su juego, explica que le gusta ser agresivo, y que su mayor falencia sale a luz cuando abandona esa faceta: "A veces me desenfocó de seguir moviendo las piernas, de ser agresivo para golpear, y empiezo a perder mucho terreno. Me doy cuenta que me empiezo a ir para atrás". Además, confiesa que la mejora en su saque lo ayudó a alcanzar este nivel.
Lejos de lo que podía planificar en la pretemporada, mientras que avanzaba el año, como consecuencia de todos los resultados positivos que iba acumulando, la qualy del US Open se presentó como una oportunidad real. Finalmente, tras la baja del francés Constant Lestienne, pudo hacer su debut en la clasificación del Major de Nueva York. Aunque cayó ante Kimmer Coppejans por 4-6, 7-6(4) y 3-6, dice que le quedaron buenas sensaciones sobre su nivel: "Creo que lo hice bien, y me gusta jugar en cemento. Obviamente todavía me falta sumar experiencia en esa superficie y en esos torneos, pero hay que seguir compitiendo para poder estar ahí".

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