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El modelo "Gallardo CEO del fútbol" fracasó: si River no cambia, va a volver a chocar

El proyecto al que apostó Brito y que piensa replicar Di Carlo si gana las elecciones no dio resultados. El club le dio control total al DT y, por iniciativa suya, invirtió más de 70 millones de dólares en refuerzos: no solo no ganó nada, sino que corre serio riesgo su partipación en la próxima Libertadores. Así no va.

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Por Cristian Damiani
Gallardo y Brito
Brito junto a Gallardo, el día del comienzo de su segundo ciclo en River (Daniel Jayo/Getty Images)

Pocos imaginaban este presente cuando Marcelo Gallardo volvió en agosto de 2024. Para buscar un buen cierre de una gestión pobre en títulos, Jorge Brito se jugó un pleno con el DT más ganador de la historia y, prácticamente, le dio las llaves del club. Un año y dos meses después, la apuesta no pagó dividendos y el objetivo de mínima del año pende de un hilo: River puede quedarse afuera de la próxima Copa Libertadores

"Obviamente el liderazgo y el CEO del área de fútbol es Marcelo Gallardo, de manera total y exclusiva", explicaba su proyecto Stefano di Carlo el día que oficializó su candidatura a presidente. Esta idea de darle total libertad al DT para que maneje absolutamente todo lo relacionado al fútbol del club dejó a River al borde del abismo. Afuera de la Libertadores con un global lapidario (1-5 ante Palmeiras) y eliminado de la Copa Argentina por Independiente Rivadavia, el año depende de un título en el que muy pocos creen. 

Desde su retorno, Gallardo renovó por completo al plantel. Se contrató a más de 15 refuerzos (Gonzalo Tapia y Matías Rojas llegaron en enero y ya se fueron) por alrededor de 74 millones de dólares y se dejó ir, entre ventas, negociaciones por la libertad de acción y rescisiones de contratos, a otros 15 futbolistas. Estas medidas, como admitió Enzo Francescoli, fueron todas del DT. 

"En River el fútbol es muy vertical y todas las decisiones las toma Marcelo Gallardo", reconoció el uruguayo antes de la serie de Libertadores ante los brasileños. Y, dejando en evidencia que esto lo trasciende, agregó: "Él mismo se generó el tema de traer muchos jugadores y cambiar casi la mitad de un plantel". En resumen, todo lo que pasó en River desde agosto de 2024 hasta la derrota de anoche con Independiente Rivadavia tiene la firma de Gallardo. 

Brito, el hombre que lo fue a buscar como salvador tras la salida de Martín Demichelis, admitió recientemente el descontento popular por la eliminación ante Palmeiras y, por primera vez, le apuntó a él. "La gente no está conforme con el presente futbolístico y claramente Gallardo es el principal responsable", declaró, aunque inmediatamente aclaró que ni la oposición imaginaba un futuro sin el Muñeco en el banco. 

El presidente actual, el principal candidato a sucederlo y el mánager y uno de los máximos ídolos de la historia del club: tres de los nombres más importantes de la vida política y deportiva de River reconocen que el único plan era Gallardo. Por ende, el fracaso del modelo es compartido. Con tres partidos por delante para cerrar el Torneo Clausura, uno de ellos el superclásico ante Boca en la Bombonera, allí aparece una posible alegría antes del cierre de año. Si gana los tres partidos, se mete en Copa Libertadores. Si no, habrá que salir campeones. 

La tensa y breve conferencia de Marcelo Gallardo tras River vs. Independiente (R)

La tensa y breve conferencia de Marcelo Gallardo tras River vs. Independiente (R)

Lo cierto es que, termine como termine 2025, hay algo que evidentemente no funciona. En los últimos años, River se convirtió en un club que vende talentos cada vez más jóvenes por cifras cada vez más altas. Claudio Echeverri y Franco Mastantuono, los últimos dos ejemplos, dejaron fortunas, pero ni una copa en las vitrinas. Es real también que los tiempos cambiaron y hoy es mucho más difícil sostener a los juveniles ante los millones de los gigantes europeos, pero ser un mero exportador de materias primas nunca es una buena idea

Para colmo, hace años que se entró en el círculo vicioso de comprar, comprar y comprar por cifras altísimas, que se suma a una estrategia que ya harta por lo ineficaz que mostró ser: la de repatriar jugadores. Como muestra vale ver el 11 inicial de anoche: cinco héroes de Madrid (Armani, Montiel, Martínez Quarta, Nacho Fernández y Juanfer Quintero), cinco refuerzos millonarios, (Acuña - una gran inversión -, Castaño, Portillo, Driussi y Salas) y Lautaro Rivero, el unicornio de este plantel (¿hasta cuándo durará?).

La contracara son los pibes de inferiores que explotan en otros clubes o que siempre terminan corriendo de atrás frente a compañeros que no demostraron estar mejor, como le sucedió a Santiago Lencina. Sin explicación, el zurdo pasó de titular a quedar afuera del banco de suplentes. Si hubo alguna molestia o lesión no informada que le impidió estar, a esta altura es anecdótico. Lo simbólico es ver cómo en River se repiten los errores y, por ahora, no parece que algo vaya a cambiar. 

River es demasiado grande como para que todo esté en manos de una sola persona. El modelo CEO de Gallardo dio, en apenas poco más de un año, sobradas muestras de su falibilidad. A apenas una semana de las elecciones, todos los candidatos tienen la obligación de revisar la manera de conducir el fútbol de River. Por historia y capacidad, el Muñeco se ganó una nueva oportunidad. Pero así no. 

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