Qué pasó con el juvenil que erró el penal decisivo en el único River-Racing de la Copa Argentina
Luis Vila, delantero de 20 años en aquel momento, fue protagonista de la definición entre el Millonario y la Academia en las semifinales de la edición 2011/12. Recorrió el Ascenso y otras ligas sudamericanas, hasta recalar en julio en Bolivia.
River y Racing chocarán este jueves, en el Gigante de Arroyito de Rosario, por segunda vez en la historia de la Copa Argentina. La primera ocurrió en las semifinales de la edición 2011/12, que marcó el regreso del campeonato luego de 41 años, y tuvo como protagonista al delantero juvenil Luis Vila, que erró el último penal de la serie y decretó la eliminación del Millonario. Más allá de haber sido el goleador de la Reserva, no gozó de demasiadas oportunidades en Núñez. Recorrió el Ascenso argentino, algunos países sudamericanos y hoy milita en Real Oruro de Bolivia.
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El Tanque, nacido en marzo de 1992, se destacó gracias a sus goles en las categorías menores de River, a las que arribó con 14 años. Vivió en la pensión y ocupó un pupitre en el instituto del club. Compartió camada con Ezequiel Cirigliano, Leandro González Pirez y Daniel Villalva, al punto de que los cuatro compartieron plantel en un torneo que disputaron en Inglaterra y terminó con Didier Drogba, gloria del Chelsea, cantando canciones de la Banda junto a ellos en el vestuario. Incluso, salió campeón de la Libertadores Sub-20 2012. Su futuro pintaba prometedor.
Claro está que el contexto de su fogeo con la mayor de River estaba lejos de ser el ideal. El entrenador, Matías Almeyda, ponía a disposición a sus mejores soldados para lograr el obligatorio objetivo de volver a la Primera División del fútbol argentino. Por lo tanto, la Copa Argentina servía como un torneo paralelo y de segundo rango para darle rodaje a los más chicos y a los que habitualmente eran suplentes. Aún así, River batió a Defensores de Belgrano, Sportivo Belgrano, Quilmes, San Lorenzo -Vila debutó allí y le dio una asistencia a Rogelio Funes Mori- y arribó a las semifinales ante Racing, con la chance concreta de jugar una final nada más ni nada menos que contra Boca, que se medía con Deportivo Merlo.
El clásico se disputó el 3 de junio, semanas antes de la vuelta a la máxima categoría, en el estadio Padre Martearena de Salta. Vila reemplazó a Luciano Abecasis jugó los últimos nueve minutos. Finalizó 0-0 en el tiempo reglamentario y se definió en los penales. Leandro Chichizola contuvo el segundo, obra del colombiano Giovanni Moreno. River se encaminaba a conseguir el pase a la final, pero el Keko Villalva, que llevaba la 10 en la espalda, estrelló su tiro en el poste y llevó la situación al mata-mata. Luis Fariña metió el suyo. Y ahí llegó el delantero bahiense, que abrió levemente el pie y envió su tiro a las manos de Sebastián Saja. 5-4 y de regreso a Núñez.
Si bien el equipo del Pelado ascendió tras vencer a Almirante Brown en el Monumental, Vila siguió como uno de los artilleros de la Reserva y no contó con oportunidades en Primera. La dirigencia trajo después al uruguayo Rodrigo Mora, de quien se hizo amigo, y Carlos Luna. Ergo, el joven atacante de la categoría 1992 quedó opacado.
El único antecedente entre River y Racing en la Copa Argentina
Tuvo breves pasos a préstamo por Everton de Chile y Olmedo de Ecuador, hasta que se marchó definitivamente a principios de 2015, con 22 años, a Godoy Cruz de Mendoza, para suplir a Rubén Ramírez. Tampoco logró el rodaje esperado, pero en Gimnasia de Jujuy, donde estuvo entre 2016 y 2017, logró relanzarse, con cinco goles en 18 partidos.
Sin dudas, su lugar en el mundo fue Olimpo de Bahía Blanca. Computó dos pasos: el primero fue en la temporada 2017/18, en la que se dio el lujo de regresar al Monumental para enfrentar a River a inicios de 2018. "Seguramente lo festeje, pero no lo grite", le dijo a Olé sobre la chance de convertirle al club que lo formó. El Millonario de Marcelo Gallardo derrotó al Aurinegro por 2-0 con una actuación estelar de Ignacio Scocco.
La segunda etapa fue entre 2022 y 2024, ya con Olimpo nuevamente en el Federal. En esta ocasión venía más curtido: había estado en Croacia (NK Istra), Ecuador (Guayaquil City, Delfín y Atlético Porteño) y en el Ascenso local, con las camisetas de Almagro y Santamarina de Tandil. En el campeonato de 2023 se despachó con 12 goles en 30 partidos, según los datos del sitio especializado Transfermarkt. Si bien no pudo retornar al Nacional B, cerró su ciclo en Bahía Blanca como capitán y con más de 100 cotejos en la espalda.
Luego, estuvo seis meses en Civitanovese de Italia y volvió a Sudamérica en julio de este año para jugar en Real Oruro, de la Primera División de Bolivia.
Hoy tiene 33 años y está en el tramo final de su carrera, pero tiempo atrás, consultado por Olé sobre la posibilidad de ponerse la banda roja una vez más, el Tanque concluyó: "Me gustaría volver al club más que nada por lo que significa River, en especial para mí que soy hincha. Pero no para revertir ninguna imagen porque creo que en los años en los que estuve en el club hice las cosas bien. Errar un penal es algo que puede pasarle a cualquiera, es una situación nada más. No cambia nada de lo hecho antes".
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