Agenda

Estadísticas

Reels

Es argentino y juega en Curazao: cómo es el fútbol en el país más chico que se clasificó al Mundial

Juan Ignacio Boyer, defensor de RKSV Scherpenheuvel, relató sus experiencias en la isla caribeña de sólo 150 mil habitantes. Su llegada, las costumbres de los locales y la locura que se desató tras obtener el pasaje a la Copa del Mundo.

Author
Por Lautaro Álvarez
Juan Ignacio Boyer Curazao
Juan Ignacio Boyer, el argentino que juega en el fútbol de Curazao, el país más pequeño de la historia en clasificarse a un Mundial.
+ Seguinos en

La definición de "cuento de hadas" en el fútbol suele asociarse a una gran sorpresa en el deporte, como la Premier League que ganó Leicester City en 2016 o la Eurocopa de Grecia en 2004. El término se puede aplicar perfectamente a la histórica clasificación de Curazao al Mundial de 2026, siendo el país con la menor cantidad de habitantes en lograrlo. De la mano de Dick Advocaat y un plan que se desarrolló a la perfección, La Familia Azul logró lo impensado.

"Hubo fuegos artificiales por todos lados, la gente estaba como loca, fiestas hasta las tres de la mañana. Primero no conocían a ningún futbolista de la selección y al otro ya se sabían los nombres de cada uno de ellos", relata Juan Ignacio Boyer a Zeapp Sports, un argentino de 24 años que milita para RKSV Scherpenheuvel, uno de los equipos históricos de la isla caribeña y el que más se arriesga a sumar jugadores extranjeros. Respecto a la residencia en el país, hay que tener una visa de trabajo que se renueva cada un año. "La pregunta que puede surgir es: ¿podés jugar el Mundial? No, porque no sos ciudadano, solamente tenés la visa que te da la posibilidad de circular por el país", adelanta el zaguero central.

"Lo que los vuelve locos es pensar que son solo 150 mil habitantes. No lo pueden entender cómo de un país con tan poca cantidad de personas, salió un muy buen equipo para clasificar al Mundial", sigue Boyer, quien arribó al país en agosto de este año por medio del entrenador argentino Jorge Cembal.  

Juan Ignacio Boyer
A la izquierda: Jorge Cembal y Juan Ignacio Boyer, DT y defensor de Scherpenheuvel respectivamente.

El defensor de Scherpenheuvel inició su carrera como deportista en Sportivo Pilar y luego pasó por Fénix, Ituzaingó y Real Pilar, equipo con el que alcanzó la Reserva y llegó a entrenarse con la Primera. Sin embargo, sufrió un neumotórax que lo obligó a perderse la última parte del torneo y, posteriormente, hubo diferencias con el club que motivaron su salida para llegar a Atlético Pilar, con el que jugó el Promocional Amateur. Allí es donde comienza a gestarse su llegada a Curazao, ya que Cembal lo vio mientras dirigía a Atlético Provincial de Lobos

"Yo no sabía nada de Curazao, solo que estaba en el Caribe. Me puse a investigar y vi lo mismo que puede ver cualquiera: playas de arena blanca, aguas cristalinas y cosas del estilo, pero no veía nada de fútbol. En ese momento, Jorge me llama y me comenta que Curazao había superado la fase dos de la clasificación al Mundial y si saca pasaje sería una gran oportunidad para nosotros si estamos allá. Yo no estaba muy seguro de irme, tenía que dejar a mi familia, tenía un trabajo y con 24 años era un cambio muy grande, venir a otro país y adaptarme", cuenta Boyer. 

Sin embargo, la adaptación fue muy rápida. "Teníamos miedo porque no sabíamos cómo comunicarnos, pero la gente acá es increíble, hablan cuatro idiomas: papiamento, neerlandés, español e inglés. Además, ya había un argentino en el equipo que nos ayudó mucho para adaptarnos y formar un lindo grupo, algo que nos pidieron el presidente y la presidenta de club, que son pareja y son dueños de un restaurante al que nos llevan a comer todo pago si ganamos. Venimos de ganar tres y empatar uno así que fuimos a comer los últimos cuatro fines de semana, je", comenta el zaguero de 24 años.

Juan Ignacio Boyer
Boyer junto a Cembal y el resto de los argentinos que viajaron a Curazao para jugar en Scherpenheuvel.

Respecto a la liga curazoleña, es semiprofesional pero está camino a profesionalizarse y en ese sentido, dieron un paso fundamental: "Este año y por primera vez, FIFA Plus comenzó a transmitir los partidos del fútbol de Curazao. Eso fue un salto muy importante para la liga, ya que antes se transmitían por Facebook o la radio local, o si algún ciudadano con buena predisposición filmaba el partido y lo subía a alguna red social. De esa forma, mi familia me puede ver jugar". Más allá de que hay contratos y bonos por entrenamientos y partidos ganados, hay cosas por mejorar, sobre todo el nivel de la Reserva.

"Los chicos jóvenes, cuando cumplen 15 o 16 años, se van a Holanda, ya sea a estudiar o jugar al fútbol. Nosotros tenemos un compañero en el equipo que ya tiene firmado un contrato para irse el año que viene a jugar a AZ Alkmaar, y es un jugadorazo, pero no va a estar más acá en Curazao, acá los chicos no duran nada. Se prueban en los equipos neerlandeses, quedan y chau. Ahí se te va una futura promesa local que después es muy probable que la nacionalicen, y encima se va gratis, entonces no terminan de dejar dinero", advierte Boyer. En la selección, la mayoría de futbolistas nacieron fuera del país y tienen familiares o ascendencia de Curazao, algo que la federación usó a su favor para conformar el equipo nacional.

Otro de los aspectos a remarcar son los estadios. Así lo señala Boyer: "La mayoría de los equipos juegan en la misma cancha, los pocos que tienen estadio lo comparten con otros clubes, pero la mayoría no tienen predio propio sino que son municipales y todos son de césped sintético, nada de pasto, son de ague y la pelota vuela". El recinto principal y el más grande es el Ergilio Hato de Wilemstad, donde hace de local la selección y cuenta con capacidad para 10 mil personas.

"Quisiera salir campeón acá, pero el torneo es muy difícil", afirma Boyer. "En primera instancia juegan 10 equipos todos contra todos; de esos 10, quedan los mejores seis que vuelven a jugar todos contra todos; de esos seis, quedan cuatro que repiten la modalidad y de los cuatro se desprenden dos que juegan la final. El ganador recibe un cupo para ir a la fase previa de la Concachampions, en donde por lo general te enfrentas a equipos de Haití, El Salvador, entre otros. Esos son profesionales por completo y se nota la diferencia, pero a nosotros nos sirve tener ese fogueo con esos clubes", destaca.

Juan Ignacio Boyer
El plantel completo de Scherpenheuvel.

Te puede interesar