Mbappé vs. PSG: un duelo fogoneado por problemas judiciales y una relación que terminó mal
El delantero francés del Real Madrid se cruzará en la semi del Mundial de Clubes ante su exequipo, del que se fue mal y con el que tiene un litigio judicial.

Este miércoles, el Mundial de Clubes pondrá a Kylian Mbappé, figura del Real Madrid, cara a cara ante Paris Saint-Germain, la institución en la que pasó siete temporadas sin poder darle el salto de calidad que sí llegó desde el arribo de Luis Enrique. Pero el reencuentro no será el de dos viejos enamorados, sino de dos partes que terminaron mal: el jugador y la entidad están en juicio y en París no lamentan la partida del delantero.
Después de años de edificar un plantel en torno a su figura, gastar millones para rodearlo de estrellas y tener a Mbappé como el niño mimado, cuando el atacante partió a Real Madrid hace un año, PSG se liberó y la última temporada logró levantar la Champions League por primera vez en su historia gracias a un equipo que prevaleció por encima de los nombres. Eso hizo que los simpatizantes se aliviaran por el adiós del astro que quedó señalado por los fracasos y que ahora es apuntado por el litigio.
Es que Mbappé se reencontrará con la institución a la que le reclama una deuda de 55 millones de euros en sueldo y primas atrasadas, por las que incluso se embargaron las cuentas del conjunto parisino. Incluso, la Ligue 1 falló a favor del jugador pero el club recurrió a la Justicia y falta que se expida.
En paralelo, PSG redobló la apuesta y le demanda al futbolista 98 millones de euros. "El objetivo no es recuperar los 98 millones de euros, sino demostrar que si nos debe dinero, su reclamación es infundada", explicó en su momento Thomas Azzaro, el abogado del club que encabeza el reclamo ante el Tribunal Judicial.
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En ese contexto el francés, campeón del mundo con su país en 2018, se cruzará contra su exequipo pero también a su antiguo entrenador, Luis Enrique, que en su llegada a París hace dos años intentó convertirlo en "el mejor del mundo" pero terminó viendo cómo se marchó libre y, contra todos los pronósticos, eso fue una solución.
"El hecho de tener un jugador que se movía por donde él quería implica que hay situaciones de juego que yo no controlo", supo reconocer Enrique tras la salida de Mbappé, lo que evidenció que su adiós, más que un problema, resultó un alivio para el DT que pudo desplegar su idea de juego en la que no terminaba de encajar el jugador del Real Madrid.
Lo que pretendía Enrique del punta se lo había dejado claro en una charla en el vestuario tras la derrota de los parisinos frente al Barcelona, por los cuartos de final de la Champions League del año pasado, aunque la secuencia salió a la luz en octubre, con el astro ya en Madrid, luego de que se publicara el segundo capítulo de la serie "No tenéis ni puta idea".
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En esa conversación, el técnico eufórico le dijo: “He leído que te gustaba Michael Jordan. Michael Jordan cogía de los hostias a todos sus compañeros y se ponía a defender como un hijo de puta. Tu tienes que dar ese ejemplo, primero como persona y luego como jugador, de ir a presionar".
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También, el técnico le dio sus razones para convencerlo: “¿Para qué hacer esto? Para ser un líder. Porque tu piensas en marcar goles, claro, eres un fenómeno, un top mundial, sin ninguna duda. Pero a mí no me vale eso. Un líder de verdad es que cuando no nos puedes ayudar con los goles, nos ayudas en lo defensivo. Si te pones tú como ejemplo a presionar tendremos una máquina de equipo. Eso es lo que quiero que hagas como líder aquí en los dos meses que te quedan porque quiero que te vayas por la puerta grande".
Finalmente, la historia terminó como todos conocen. Mbappé partió libre al Merengue sin haber conquistado Europa con su PSG y liberó el camino para que Enrique construyera un grandísimo equipo sin nombres rutilantes en la delantera pero que en conjunto funcionaron mejor. Aunque la relación entre ambos quedó bien. El jugador supo destacar al DT en esos días convulsionados por haberlo cuidado, al igual que Luis Campos, el director deportivo. “Desde la directiva me hicieron entender que no jugaría, me lo dijeron a la cara, me hablaron con violencia. Luis Enrique y Luis Campos me salvaron. Sin ellos no habría vuelto a pisar el terreno de juego", aseguró. Hoy sus caminos volverán a cruzarse.
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