Huracán se juega su última chance con un vestuario roto
La explosión del Colo Gil luego de la fea derrota ante Newell’s dio lugar a todo tipo de especulaciones. Wanchope le pidió explicaciones delante de sus compañeros antes de entrenar.
La segunda parte del año de Huracán pone en jaque lo que había sido un extraordinario primer semestre e hipoteca fuertemente el 2026. Por el momento, el Globo queda afuera de los playoffs del Clausura y mira por televisión la Sudamericana del próximo año. Pero a pesar de todo, llega con chances matemáticas a la última fecha: si Lanús no gana el viernes y los de Kudelka se imponen ante Barracas Central en el Claudio Chiqui Tapia, Huracán será internacional por segundo año consecutivo (para ir a octavos del torneo depende además de que no empaten Estudiantes y Argentinos y no ganen Banfield, Belgrano ni Defensa y Justicia). Todo en un contexto de máxima tensión y ya no solo por el reproche de sus hinchas, sino un quiebre en el vestuario.
El grito del Colo Gil una vez finalizado el partido ante Newell’s el sábado, que limitó las posibilidades de Huracán, dio lugar a todo tipo de rumores y trascendidos. El más complicado indicaba que se trató de un reproche del volante a sus compañeros por “haber ido a menos”. No cayó nada bien ese exabrupto puertas adentro y el que encaró al Colo en La Quemita antes de entrenar fue Wanchope Ábila. Le dijo que de ninguna manera toleraría que haya puesto en duda su voluntad de ganar y le exigió que aclarara de inmediato la cuestión, palabras más, palabras menos. El ambiente no tardó en espesarse, aunque no pasó a mayores. Horas después, Gil hizo un post asegurando que nunca habría puesto en duda la “honorabilidad” de sus compañeros. No especificó a quién iban los insultos y testigos aseguran que fue ante la propia hinchada de Huracán. Así se prepara el Globo, que además no cuenta en estos días con su capitán Galíndez para jugar su última ficha, esperando un milagro para hacer saltar la banca.
La furia del Colo Gil tras la derrota de Huracán con Newell's
En un vestuario ya golpeado de por sí por el momento y un plantel que naturalizó la derrota en los últimos meses, ya no fluye la química del primer semestre. Huracán se fue desintegrando progresivamente sin ningún tipo de reacción de jugadores, cuerpo técnico y dirigentes que no supieron generar un cimbronazo para rescatar los o objetivos a tiempo.
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