Dormir del lado derecho es una costumbre más común de lo que parece y, lejos de ser aleatoria, tiene explicaciones tanto físicas como emocionales. La ciencia y la psicología coinciden en que esta posición puede reflejar comodidad corporal y ciertos rasgos de personalidad. Conocé los detalles.
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Dormir sobre el lado derecho suele estar asociado a una sensación de seguridad y a un intento del cuerpo de aliviar tensiones internas. Algunos trabajos en fisiología del sueño señalan que esta postura puede favorecer la relajación del sistema nervioso, mientras que enfoques psicológicos la vinculan con personas que buscan estabilidad y rutinas predecibles.
Los especialistas remarcan distintos factores que pueden influir en esta elección, desde cuestiones biológicas hasta patrones emocionales. Aunque no se trata de un diagnóstico ni debe tomarse como evaluación clínica, sí aporta una mirada útil para entender hábitos nocturnos muy frecuentes. Entre las razones más citadas se destacan:
- Búsqueda de comodidad física, especialmente en quienes sienten el estómago más “liviano” en este lado.
- Tendencia a posiciones estables, que generan sensación de refugio.
- Preferencias inconscientes, ligadas a cómo el cuerpo descarga el estrés diario.
- Estructura del sueño, ya que algunas personas alcanzan el descanso profundo más rápido con este apoyo lateral.
En términos psicológicos, recostarse sobre el lado derecho puede asociarse a perfiles tranquilos, cautos y orientados a la organización, según análisis de hábitos nocturnos realizados por profesionales de la conducta. No implica que la persona sea así en todos los aspectos de su vida, pero sí puede mostrar cómo procesa la desconexión antes de dormir.
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