Murió Michael Ray Richardson, el "mejor del planeta" suspendido de por vida en la NBA
Este martes a sus 70 años falleció Sugar, de destacada actuación en los '80 pero que fue sancionado por doping.
Micheal Ray Richardson, más conocido como Sugar, falleció este martes a los 70 años en Lawton, Oklahoma, luego de luchar durante años contra un cáncer de próstata. La noticia fue confirmada por su abogado y amigo John Zelbst, y generó pesar en la comunidad del básquet por tratarse de una figura tan brillante como polémica, recordada tanto por su talento como por haber sido el primer jugador sancionado de por vida en la NBA por consumo de cocaína.
Surgido en Denver, su carrera despegó tras destacarse en la Universidad de Montana, donde su nivel lo catapultó al Draft de 1978, en el que fue elegido en el cuarto puesto por los New York Knicks. Incluso fue seleccionado por encima de Larry Bird, quien años después no dudó en definirlo como “el mejor jugador del planeta”. Durante ocho temporadas en la NBA, defendió las camisetas de Knicks, Warriors y Nets, y llegó a disputar cuatro veces el All Star Game.
Así jugaba Michael Ray Richardson
Su habilidad defensiva quedó plasmada en los números: lideró la liga en robos en tres temporadas distintas, consolidándose como uno de los bases más completos de los años 80. El reconocimiento entre colegas fue contundente. Isiah Thomas, emblema de los Pistons, lo elogió sin reservas: “Lo tenía todo como jugador, sin fisuras en su juego”. En la misma línea, Quinn Buckner señaló que “en esa época, el mejor base era Magic Johnson, pero Sugar venía justo detrás”, según publicó el diario Marca.
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Pero los problemas personales marcaron su destino. En 1986, luego de una de sus mejores campañas con los Nets —promedió más de 20 puntos, 8 asistencias, 5 rebotes y 3 robos—, fue suspendido de forma definitiva por el entonces comisionado David Stern tras dar positivo por tercera vez en un control antidroga. La cocaína, que ya había complicado su carrera, selló su salida de la liga.
Richardson prolongó su carrera en Europa hasta 2002, con pasos por clubes de Italia, Croacia y Francia. Se destacó en equipos como Virtus Bologna, KK Split y Cholet, aunque también allí sus adicciones le jugaron una mala pasada: fue despedido de la Virtus tras otro caso de doping. El club italiano lo despidió con afecto: “Siempre serás uno de nosotros. Adiós, Sugar”.
Luego de colgar las zapatillas, incursionó como entrenador en ligas menores y en el exterior. Estuvo al frente de los Albany Patroons, Oklahoma Cavalry y London Lightning, entre otros. Aunque su etapa como técnico fue más discreta, se mantuvo ligado al deporte hasta mediados de la década pasada.
Su vida, repleta de talento y excesos, fue retratada en el documental ‘¿Qué ocurrió con Micheal Ray?’, narrado por el actor Chris Rock. Con su muerte, se cierra un capítulo icónico de la NBA, el de un jugador que deslumbró tanto como se autodestruyó, y cuya historia sigue despertando admiración y tristeza.
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