Libertadores vs. Champions: la brecha estadística que marca la diferencia de estilos
Mientras que en las idas de los octavos del torneo sudamericano se rozó mucho y se jugó poco, el certamen europeo priorizó, en su última edición, el contacto con la pelota y la voracidad ofensiva. Los números son elocuentes.

La diferencia de estilos entre el fútbol europeo y sudamericano, en el marco de un cambio de época, quedó manifiesto en la primera ronda de los octavos de final de la Copa Libertadores. Los rioplatenses, antes caracterizados por su gambeta, engaño y suave trato de la pelota, otorgaron el partido más áspero y de los de menor tiempo neto de juego del máximo certamen continental: el triunfo 1-0 de Peñarol sobre Racing. Los jugadores del Viejo Continente, previamente destacados por su potencia física, se transformaron en guardianes del toque y defensores del balón al ras del césped. Y las estadísticas de los campeonatos internacionales lo dejaron a la vista.
Aunque es sabido que las idas de las fases eliminatorias suelen ser más conservadoras, y el miedo a perder toma un rol trascendental, la reciente edición de la Libertadores superó una barrera. Apenas hubo ocho goles en la misma cantidad de partidos que se disputaron. Y cuatro de ellos los aportó Palmeiras, uno de los mejores representantes de Sudamérica en el Mundial de Clubes, en su paliza al humilde Universitario de Perú. El resto los computaron Flamengo, Peñarol, Botafogo y Estudiantes de La Plata, en porciones de uno por cada institución.
Basta con repasar los primeros cotejos de la pasada Champions League, que consagró por primera vez a PSG como campeón, para notar la diferencia: fueron 24 los gritos que se escucharon en los distintos estadios. El mayor caudal lo tuvo la goleada por 7-1 que le propinó el Arsenal de Mikel Arteta, conocido por su voracidad ofensiva, al PSV de los Países Bajos.
Peñarol-Racing, uno de los partidos más cortados de los octavos de la Copa Libertadores

También es cierto que en los duelos del fútbol europeo no se pierde tanto tiempo. En la victoria de Real Madrid ante el Atlético de Diego Simeone por 2-1 se jugaron 65:58 netos, de acuerdo a las estadísticas del sitio especializado 365scores. Ese compromiso fue secundado por los 63:17 del PSG-Liverpool y los 60:30 de Brujas-Aston Villa. El que menos tuvo fue el 3-0 de Bayern Múnich a Bayer Leverkusen, con 51:14. Y aún así hubo más goles que en la mayoría de las idas de los octavos de la actual Libertadores.
El trámite de Peñarol-Racing, en el que abundaron las patadas y escasearon las ocasiones de peligro, disfrutó del ruedo de la pelota soldamente durante 39:24 minutos, de los números más bajos de la toda la Copa 2025. Pero el resto tampoco estuvo como para tirar manteca el techo. Los únicos que se acercaron a los 60' fueron Flamengo-Inter (58:44) y Liga de Quito vs. Botafogo (58:22). Los demás deambularon entre los 42' y los 51'.

En este sentido, las patadas y las faltas cobradas suelen desembocar en un menor tiempo de juego. Y algunos, no todos, tomaron el camino del roce y el choque. Por ejemplo, el 1-0 de los Manyas contra la Academia acusó 44 entradas, según el sitio Sofascore, y 34 infracciones sancionadas. A su vez, el 0-0 entre River y Libertad mostró 40 y 25, respectivamente. Hubo consecuencias: en total se mostraron 35 amarillas y tres rojas en los ocho encuentros. ¿Y en Europa? 25 y dos.
Un último dato que resulta arrollador es el de la cantidad de pases. En el 2-1 del Merengue sobre el Colchonero -nótese que tampoco fue una lluvia de goles-, los futbolistas se la dieron a sus compañeros en 1244 ocasiones, cifra máxima de las idas de los octavos de la anterior Champions. Flamengo-Inter, que computó 982 -el más alto de la Libertadores la semana anterior-, estuvo más cerca del partido europeo con menos toques, el 7-1 de Arsenal contra PSV. ¿El mezquino mayor? Otra vez, Peñarol vs. Racing, con apenas 547.
Entre la disputa del Mundial 1938, en Francia, y el de 1958, en Suecia, los rioplatenses -y también los brasileños- se jactaban de ser los que mejor dominaban el arte de la gambeta y los reyes del fútbol vistoso o bonito. Del otro lado del Atlántico estaban las moles físicas, que priorizaban la fuerza y la velocidad antes que la riqueza del juego. Lejos quedaron esas épocas. Hoy parece que se dio vuelta la tortilla.
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