Donald Trump retrasó la final del US Open y fue abucheado por el público
El presidente de los Estados Unidos fue silbado cuando su imagen se proyectó en las pantallas del Arthur Ashe Stadium.

Donald Trump estuvo presente en la final de US Open que Carlos Alcaraz le ganó en cuatro sets a Jannik Sinner en cuatro sets (6-2, 3-6, 6-1 y 6-4). La presencia del presidente de los Estados Unidos retrasó el comienzo del encuentro debido a que hubo que reforzar los protocolos de seguridad en el Arthur Ashe Stadium de Flashing Meadows y fue abucheado por el público presente cuando su imagen apareció en las pantallas.
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El mandatario salió al balcón de su palco para escuchar el himno, interpretado por Carla Loy, sargento de West Point e hizo el saludo militar. La organización del certamen decidió no mostrarlo en las pantallas hasta una vez avanzado el partido. Cuando el público presente se percató de lo que enfocaban las cámaras, comenzó una ola de silbidos y abucheos.
Trump, invitado por una de las marcas que auspicia el último Grand Slam del año, acudió a la pista central del complejo Billie Jean King cerca de las 14.10, 20 minutos antes del horario pautado para el comienzo del partido (que sufrió un retraso para facilitar su acceso). La entrada fue más lenta de lo habitual y se formaron largas colas a lo largo de las diferentes puertas de acceso.
Según informan medios estadounidenses, había mucho temor por parte de las autoridades a que las propuestas fueran masivas, motivo por el cual la organización del US Open le solicitó a las cadenas televisivas que se abstuvieran de "exhibir alteraciones o reacciones en respuesta a la asistencia del presidente".
No es la primera vez que Trump asiste a uno de los eventos más importantes del calendario tenístico y es abucheado. En 2015, cuando estaba en plena campaña para su primera presidencia, presenció un partido de las hermanas Williams, Venus y Serena, íconos del tenis estadounidense. Allí también fue silbado por el público presente y poco después se marchó. Hoy, durante su segundo mandato, la escena se repitió.
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