Ni a 60 ni a 120 km/h: la velocidad ideal para preservar el motor de tu vehículo
Viajar a una velocidad equilibrada en autopista ayuda a alargar la vida del motor y reducir consumo de combustible.

Cuando salís a la ruta o autopista, mantener una velocidad estable entre los 90 y 110 km/h es lo que recomiendan los expertos para que el motor trabaje dentro de su régimen correcto. Este rango permite que el propulsor no esté ni forzado ni subutilizado: evita que gire excesivamente (como cuando se pasa habitualmente de 120 km/h) o que quede cargado y lento (por debajo de 60 km/h en una marcha alta).
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¿Por qué ese rango y no otro?
- A altas velocidades (más de 120 km/h) el motor gira a mayores revoluciones, genera más temperatura y mayor desgaste de piezas como pistones, cojinetes y válvulas.
- A velocidades muy bajas con marchas altas (“tironeo”) el motor trabaja en un régimen inapropiado y también puede sufrir desgaste.
- Más importante que la velocidad exacta es el régimen de revoluciones (RPM): en muchos autos nafteros modernos se aconsejan entre 2.000 y 3.000 RPM para viajar. En diésel, alrededor de 1.500–2.500 RPM.
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Consejos prácticos para cuidar el motor en la ruta
- Evitá aceleraciones fuertes y frenadas bruscas: un ritmo constante favorece la vida útil del motor.
- Utilizá la marcha que corresponda y evitá conducir en una marcha demasiado alta a baja velocidad ni abusar de marchas bajas con gran velocidad.
- Revisá el nivel de aceite antes de emprender el viaje: un motor con poco lubricante sufre más fricción y desgaste.
- No exigas el motor en frío: si el vehículo estuvo detenido mucho tiempo, arrancalo tranquilo antes de subir a velocidad.
- Planeá tu viaje para poder mantener una velocidad pareja en rutas aptas, evitando zonas de mucho tránsito o con muchas variaciones de velocidad que obligan al motor a trabajar de más.





