Por qué los dibujos animados son una herramienta para los padres
Especialistas explican cómo el contenido animado puede ser una herramienta valiosa para fortalecer el vínculo familiar y acompañar el desarrollo emocional de los chicos.

En los últimos años, los dibujos animados dejaron de ser simples pasatiempos para transformarse en una herramienta que muchos padres utilizan como apoyo en la crianza. Detrás de cada historia colorida hay un potencial educativo y emocional que, bien aprovechado, puede marcar una diferencia positiva en el crecimiento de los chicos.
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Por qué los dibujos animados son una herramienta para los padres
Según psicólogos infantiles consultados, los dibujos animados permiten que los chicos procesen emociones complejas de una manera accesible y segura. A través de los personajes, aprenden sobre la amistad, la empatía, el miedo o la frustración. Pero lo más importante es que ofrecen a los padres una oportunidad de diálogo, una forma de acercarse a lo que sienten sus hijos sin imponerles una charla directa.
Los especialistas destacan que el valor del contenido depende más del acompañamiento adulto que del programa en sí. Cuando un padre comparte el momento y conversa sobre lo que ve, el dibujo se transforma en un recurso educativo y emocional. En cambio, si se usa solo como distracción, puede perder su poder formativo y convertirse en una pantalla más.
Además, los dibujos animados actuales incorporan temas como la diversidad, la tolerancia y la igualdad de género, conceptos que antes no tenían espacio en la televisión infantil. Esta evolución los convierte en una herramienta útil para que los chicos construyan una mirada más abierta del mundo, guiados por sus padres.
En definitiva, los dibujos no reemplazan la crianza, pero pueden ser un complemento valioso si se usan con criterio y afecto. En palabras de varios psicólogos, la clave está en transformar la pantalla en un puente de conversación, no en una barrera entre generaciones.
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