Fue campeón con Boca, llegó a la final de la Libertadores y ahora está en los cuartos de la Copa Potrero
El torneo de fútbol organizado por Sergio Agüero cuenta con ex figuras del fútbol argentino y ya entró en su etapa de playoffs.

La Copa Potrero tiene una magia particular: reúne a jugadores amateurs con ex futbolistas profesionales, algunos retirados hace muy poco. Este es el caso de un ex Boca, campeón del torneo local y de la Copa Argentina, y finalista de la Libertadores, que acaba de clasificarse a los cuartos de final. Se trata de Cristian Erbes.
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El Pichi, quien colgó los botines en septiembre tras su paso por San Miguel, es una de las grandes figuras de Operativo Panda, elenco que comparte con ex colegas como Cristian Lucchetti, Facundo Monteseirín, Nicolás Bertolo y Mariano Pavone. En octavos, superaron a GB Sports, equipo de Gonzalo Bergessio, Jonathan Bottinelli y Mauro Bogado.
Su equipo comenzó en desventaja -primer gol sufrido en el torneo, tras cuatro duelos en la fase de grupos-, pero se recuperó en el segundo tiempo: Pavone decretó el empate de cabeza y Monteseirín también marcó por arriba a la salida de un tiro de esquina. Sobre el cierre, en una contra, sentenció la historia por 3-1 para meterse entre los ocho mejores.
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Cristian Erbes llegó a Boca a los 11 años y rápidamente destacó en las juveniles. Campeón en Sexta y Quinta, sumó minutos y goles en inferiores hasta debutar en Primera en octubre de 2009. Su consolidación comenzó entre 2010 y 2012, etapa en la que convirtió sus primeros tantos en La Bombonera y formó parte del plantel que ganó el Apertura 2011 y alcanzó la final de la Copa Libertadores 2012.
Entre 2013 y 2014 vivió momentos clave: rechazó ofertas del exterior por su deseo de seguir en el club, sufrió lesiones que lo alejaron de las canchas y, aun así, logró recuperar terreno con actuaciones sólidas. Con la llegada del Vasco Arruabarrena, se transformó en titular indiscutido y llegó a ser tercer capitán, firmando goles importantes ante Racing y Arsenal. Su presencia constante lo convirtió en una pieza de equilibrio en un Boca que atravesaba recambios pero confiaba en su sacrificio y en su lectura del juego.
El 2015 fue uno de sus mejores años, con participación en el torneo local, la Libertadores y actuaciones destacadas hasta que una lesión de ligamentos lo frenó por dos meses. Regresó para el tramo decisivo del campeonato, aportó regularidad y formó parte del plantel que ganó el Campeonato 2015 y la Copa Argentina, sumando dos títulos más a su carrera. Sin embargo, las lesiones volvieron a afectarlo en 2016, lo que redujo su continuidad y lo dejó fuera de la consideración de Guillermo Barros Schelotto. Su último partido fue en mayo de ese año, dando cierre a su historia en Boca.





