Triunfo brasileño y fracaso argentino: siete virtudes del Brasileirao
Las eliminaciones de River y Boca, más el pase de Flamengo, Fluminense, Botafogo y Palmeiras a octavos de final, confirman la tendencia de las últimas ediciones de la Copa Libertadores. A falta de una única razón, el Mundial de Clubes ratifica la competitividad del torneo brasileño.

Así como la selección argentina ejerce una clara superioridad sobre la brasileña en los últimos años, a nivel equipos ocurre lo contrario. La hegemonía de nuestros vecinos, ya adelantada con las últimas seis Copas Libertadores ganadas de manera consecutiva, vuelve a manifestarse con el pasaje de Botafogo, Palmeiras, Flamengo y Fluminense a los octavos de final del Mundial de Clubes.
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En contraste, ninguno de los argentinos lo hizo: River y Boca quedaron eliminados en primera fase. En los días iniciales del torneo se habló de un duelo Europa-Sudamérica. En rigor, lo es entre Europa y Brasil.
El dominio brasileño tiene muchas causas, algunas internas y otras externas. No hay una única razón. Los presentes escuálidos de los dos equipos más exitosos y populares de Argentina, hoy liderados por Marcelo Gallardo desde el banco de suplentes y Juan Román Riquelme desde la presidencia, también aportan lo suyo.
River no se impuso localmente en 2025: perdió una final con Talleres y quedó eliminado con Platense. Boca lleva dos años sin jugar la fase de grupos de la Libertadores y le agregó el ridículo de no ganarle a un equipo semiamateur. ¿Pero algún otro equipo argentino habría hecho una campaña mucho mejor en el Mundial de Clubes o será capaz de arrebatarle a los brasileños la Copa Libertadores en 2025?

Entonces entra en escena uno de los tantos puntos a tener en cuenta: las competencias internas. Tal vez no sea sólo un tema de clubes sino también de torneos. Las diferencias entre el Brasileirao y las competiciones argentinas -con permanentes cambios hasta en su denominación, ayer Copa de la Liga y Liga Profesional, y hoy Apertura y Clausura- volvieron a quedar en evidencia en el Mundial de Clubes.
Las ligas nacionales son hijas de sus países y resulta natural que Brasil, como la economía más importante de la región, contrate mejores futbolistas y pague mejores sueldos que Argentina. La mayor distribución federal de Brasil es otro punto: los doce grandes brasileños están repartidos en cuatro ciudades. En Río de Janeiro, Flamengo, Vasco da Gama, Botafogo y Fluminense. En San Pablo, Palmeiras, Corinthians, São Paulo y Santos. En Belo Horizonte, Cruzeiro y Atlético Mineiro. Y en Porto Alegre, Inter y Gremio.
Curiosamente, es un torneo poco seguido desde Argentina. Se lo menciona más de lo que lo conoce. En ese desconocimiento -e intencionalidad política-, se pondera la inclusión de las SAD, aprobadas por el gobierno de Jair Bolsonaro en 2021. Sin embargo, 15 de los 20 equipos del Brasileirao 2025 siguen siendo sociedades civiles sin fines de lucro, incluidos la mayoría de los más exitosos de los últimos años, como Palmeiras y Flamengo. Los únicos cinco gestionados por empresas son Botafogo -actual campeón de América-, Atlético Mineiro, Vasco da Gama, Bahía y Cruzeiro.
A continuación, siete virtudes del Brasileirao, el punto de partida de la hegemonía brasileña en Sudamérica.
1-Campeones diferentes, campeones fuertes. En los últimos 20 Brasileiraos, desde 2005 hasta 2024, hubo ocho campeones diferentes: Corinthians y Palmeiras, 4 veces cada uno; Flamengo, 3 y Sao Paulo, 3; Fluminense y Cruzeiro, 2; y Atlético Mineiro y Botafogo, 1. Divididos en ciudades, fueron once títulos para los equipos de San Pablo, seis para los de Río de Janeiro y tres para los de Belo Horizonte. Pero además, durante estas últimas dos décadas, los dos clubes de Porto Alegre, Inter y Gremio, fueron subcampeones ocho veces. No sólo eso: Inter y Gremio ganaron tres Libertadores, en 2006, 2010 y 2017.

2-Un sello en el mundo. Esa variedad de equipos campeones, en sistema de torneos a dos rondas, se hace difícil de encontrar en otras geografías. También en los últimos 20 años, desde 2005 para acá, en España hubo sólo tres campeones: Barcelona (12 veces), Real Madrid (6) y Atlético de Madrid (2). En Italia, hubo 4: Juventus (9), Inter (7), Milan (2) y Nápoli (2). En Alemania hubo cinco campeones, pero 15 títulos fueron para el Bayern Munich: el resto quedó para Borussia Dortmund (2), Bayer Leverkusen, Wolfsburgo y Stuttgart. También hubo 5 en Inglaterra, aunque con una marcada superioridad del Manchester City, con 8, seguido por Manchester United (5), Chelsea (4), Liverpool (2) y Leicester (1).
3-Descenso y resurrección. De los 20 equipos que participan en el Brasileirao, cuatro descienden cada temporada. Siempre en los últimos veinte años, nueve de los doce grandes perdieron la categoría. Y algunos de ellos más de una vez: Corinthians, Vasco da Gama, Gremio, Atlético Mineiro, Palmeiras, Santos, Botafogo, Inter y Cruzeiro. Sólo se mantuvieron en Primera, ininterrumpidamente, Flamengo, Sao Paulo y Fluminense. El Brasileirao Serie B tiene un formato similar a la A, de 20 equipos y dos ruedas a ida y vuelta: no implica caerse a un agujero negro. También en estas dos décadas, cinco de los nueve equipos que descendieron a la B fueron campeones en la A. Incluso cinco descendidos ganaron la Libertadores (Corinthians, Gremio, Inter, Palmeiras y Botafogo) Es decir, se gana y se pierde, se pierde y se gana.

4-Reglamento inalterable. El sistema de competencia no tiene alteraciones desde 2003: 20 equipos en el clásico sistema de doble rueda a partidos de ida y vuelta. Lo viejo funciona. Cada tanto, algunos clubes interesados dejan filtrar que la cantidad de descensos anuales disminuirá de cuatro a tres, pero la Confederación Brasileña de Fútbol (incluso en medio de una gravísima crisis interna) lo mantiene en cuatro. Los torneos en Argentina entraron en un loop interminable de cambios luego del salto, nunca explicado, a 30 equipos en 2015. Y muchas veces sin descensos.
5-Competitividad interna. Tras haber eliminado a River en las semifinales de la Libertadores del año pasado, Gabriel Milito, el entonces entrenador de Atlético Mineiro, dio su análisis del Brasileirao: "Es el torneo más competitivo de toda América. No hay dos, tres o cuatro equipos fuertes. Hay diez, doce equipos muy buenos. Eso hace que la liga sea muy competitiva. No pasa en ningún otro lado. Te diría en el mundo. En Inglaterra hay cinco, seis equipos fuertes. En España, tres o cuatro. En Brasil hay diez, doce. Con mucha historia, con presupuestos mayores al fútbol argentino. Permite sostener o traer jugadores más tiempo. Es muy diferente”.

6-Presupuesto y derechos de televisión. Los clubes brasileños recaudan mucho más dinero en derechos de televisión que los argentinos, en especial a partir de la Copa Brasil y de los torneos estaduales. La contratación de cracks impresiona: incluso Neymar regresó al Santos. Los mejores futbolistas de la región, que no llegan a Europa, juegan en Brasil. Dicho eso, el dólar barato que rige actualmente en Argentina ayuda a compensar esa debilidad estructural. El club que paga mejores sueldos en el torneo de AFA, River -con un presupuesto de 75 millones de dólares anuales para fútbol-, no está en desventaja económica respecto de varios de los principales equipos brasileños. Y sin embargo en Estados Unidos dejó en evidencia un plantel sin gol. Lo dicho anteriormente: el fracaso de los argentinos también se explica en desaciertos propios.
7- Sanciones contra jugadores apostadores. La Justicia brasileña ayuda a combatir a un flagelo mundial y cada vez más regional: los jugadores involucrados en favorecer a los apostadores. En abril pasado, la Policía Federal formalizó la imputación a Bruno Henrique, figura de Flamengo, por haber supuestamente vulnerado la Ley General del Deporte de Brasil por haber forzado tarjetas amarillas. En 2023, ocho jugadores fueron culpados por la Justicia de haber manipulado acciones de juego, entre ellos Kevin Lomónaco, entonces en Bragantino, hoy líder de Independiente.
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