Otra vez sopa... brasileña
La final de la Libertadores será para Palmeiras y Flamengo. Los brasileños tendrán su campeón número 25 igualando la línea argentina por el gran crecimiento de los últilmos años.

Ora vez sopa. Sopa brasileña. Flamengo y Palmeiras jugarán la final 2025 de la Copa Libertadores, tras haber eliminado a Racing y Liga Deportiva Universitaria de Quito. Será la quinta finalísima entre dos equipos de Brasil en las últimas seis ediciones, con varios datos que modifican sus números de raíz.
Gane el equipo paulista o se impongan los cariocas de Flamengo, habrá un nuevo rey brasileño y ese país alcanzará el título número 25 desde que se comenzó a jugar la Copa en 1960. De esta manera, compartirá el primer lugar con la Argentina en cuanto a conquistas continentales. Será la cuarta Libertadores para uno o para otro. Flamengo ganó los torneos de 1981, 2019 y 2022 mientras que el Verdao las consiguió en 1999, 2020 y 2021. Palmeiras cayó en tres finales: la primera en 1961 contra Peñarol, luego en 1968 ante Estudiantes de La Plata y finalmente con Boca, en los recordados penales de 2000. Flamengo va por el desquite, ya que su rival lo venció 2-1 en 2021, en tiempo suplementario.
Aquel que se consagre festejará haber igualado la línea de Estudiantes de La Plata y de River, que persiguen a Independiente (7), Boca (6) y Peñarol (5), los tres clubes que más títulos lograron. Son dos cachetazos históricos para el fútbol argentino. Sin embargo, hay números y datos que explican causas y consecuencias.
La primera década de la Copa (1960-1970) fue dominada por Peñarol (ganó tres, en 1960, 1961 y 1966), aquel formidable Santos de Pelé (1962-63), Independiente (1964-65) y Estudiantes de La Plata (1968, 1969 y 1970). Palmeiras fue dos veces subcampeón en esos diez años. Estaba claro que argentinos y uruguayos le habían dado una importancia que en Brasil no se verificó sino hasta bien entrados los años setenta. El inicio del Brasileirao (1971) y el creciente número de participantes ayudó a prestarle atención: en los 70, fue solamente Cruzeiro el que ganó la Copa (1976 en desempate con River en Santiago de Chile) y recién en 1981 apareció Flamengo con su primer título tras vencer en la final al Cobreloa chileno.
Para el fútbol brasileño la Copa Libertadores pasó a tener importancia bastante tiempo después de la dimensión que le habían dado argentinos y uruguayos. En el Siglo XXI, la distancia entre los dos grandes países sudamericanos se estiró al principio (2000-2010) y en la última década y media, Brasil mejoró notablemente a nivel clubes y ahora ha conseguido igualar a los equipos argentinos. En la suma (2010-2025) hay tres títulos albicelestes (San Lorenzo en 2014, River en 2015 y 2018), seis vueltas olímpicas brasileñas (Internacional, Santos, Corinthians, Atlético Mineiro, Gremio, Flamengo y Palmeiras), generándose condiciones para un aluvión de finalistas del país de Pelé en la mitad de la tercera década del nuevo siglo con Palmeiras, Flamengo, Fluminense y Botafogo con un título cada uno, sumados al que llegará ahora.
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Los números explican la distancia de poderío económico que existe entre los doce campeones de Brasil y los ocho de la Argentina. Hasta el torneo argentino de 2014 que ganó Racing, la AFA programó torneos con veinte equipos. Desde allí, fueron aumentando y se llegó a los treinta participantes al año siguiente, para ir bajando de a dos clubes y volviendo a subir hasta los mencionados treinta en la última temporada. El crecimiento notable de clubes también sucedió en la Primera Nacional, ya que desde los veintidós equipos hace una década, hoy suman 36 los clubes en el ascenso más importante.
En Brasil, el Brasileirao llegó a tener hasta 26 clubes en Primera, pero desde 2005 lo redujo a veinte y así se mantiene, sin promedios y con el descenso obligatorio de los últimos cuatro equipos del torneo. El drama del retroceso de categoría se mantiene, pero los hinchas y el periodismo le quitan importancia: de hecho, Botafogo, Fluminense, Atlético Mineiro, Santos, Cruzeiro, Gremio, Vasco da Gama, Coritiba y Bahía han retrocedido a la Primera B. Se mantienen sin haber bajado de categoría solamente Flamengo y Sao Paulo.
Después del frenesí de datos y números, también vale la pena mencionar el poder económico de algunos clubes (Palmeiras con un presupuesto superior a los 230 millones de dólares en su plantel y Flamengo con un 20% menos) que en estos dos casos, tomándolos porque son los finalistas de la Libertadores, sacan enorme diferencia a River y Boca, más allá de la enorme inversión riverplatense en los últimos dos años.
¿Y si probamos con cambiarle el nombre al torneo? Desde que se llama Copa Conmebol Libertadores en 2017, la Argentina reunió el título de River ante Boca (Madrid, en 2018) y cuatro subcampeonatos (Lanús, Boca dos veces y River) quedando muy lejos en el resto de la competencia. Buscando en la historia, pasó algo parecido entre 1987 y 1993, cuando en siete Copas seguidas, la Argentina no ganó ninguna. Apenas el segundo puesto de Newell’s en dos ocasiones (1988 y 1992) cayendo ante Nacional de Montevideo y Sao Paulo. La racha se cortó cuando el Vélez de Carlos Bianchi venció -también por penales- al insistente Sao Paulo en esa ciudad brasileña.
Miles de futbolistas argentinos y brasileños lucen su jerarquía en Europa y en otros lugares del mundo. Pocos regresan en plenitud, para incorporarse a los clubes propios. Está muy claro que el dinero ofrecido en Brasil supera largamente a nuestro país y la diferencia en cantidad de población y afición al fútbol, sintoniza en los últimos años con lo que pueden producir las entidades. Brasil 25 títulos, Argentina 25 títulos, pero en el recuento reciente, hay goleada de nuestros históricos rivales.





