El insólito festejo de un jugador de Independiente Rivadavia antes de los penales en la Copa Argentina: “Pensé que habíamos ganado 2-0”
Iván Villalba, ingresado en el complemento, no vio los goles del empate de Argentinos y celebró el título de la Lepra mendocina tras el silbatazo de Nicolás Ramírez, pero aún faltaba la definición desde los doce pasos.
La final de la Copa Argentina tuvo todos los condimentos. Golazos, dos expulsados, cruces picantes, penales y un festejo antes de tiempo. Si bien Independiente Rivadavia terminó venciendo a Argentinos Juniors desde los doce pasos y dando la vuelta olímpica en la cancha de Instituto, uno de sus jugadores tuvo una insólita equivocación y celebró el título antes de la atajada salvadora de Gonzalo Marinelli y la definición de Sebastián Villa.
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El protagonista del insólito blooper, que no tomó mayor repercusión solo porque la Lepra mendocina se impuso en la final, fue Iván Villalba. Apenas el árbitro Nicolás Ramírez dio por finalizado el partido, las cámaras de Zeapp Sports se quedaron con las reacciones de los dirigidos por Alfredo Berti.
Mientras algunos se agarraban la cabeza por no haber podido evitar el empate agónico de Eric Godoy tras una carambola en el área chica, el defensor paraguayo pegó un grito al cielo, levantó los brazos y se puso de rodillas sobre el verde césped, en señal de agradecimiento a Dios.
La escena se extendió durante unos segundos, hasta que uno de sus compañeros le avisó que debían afrontar la pena máxima para conocer al campeón. “Estaba segurísimo que estábamos 2-0 arriba. Pensé que estábamos 2-0…”, reveló entre risas el ex-Sportivo Luqueño.
“Pensé que ganamos 2-0”: el insólito festejo de un jugador de Independiente Rivadavia antes de los penales en la Copa Argentina
Villalba entró con las pulsaciones a mil, tan concentrado en marcar bien de cerca al goleador Tomás Molina que no se dio cuenta que el Bicho lo había empatado 2-2 de la mano de Alan Lescano y el mencionado Godoy: “Cuando terminó el partido dije ‘¡ganamos!’ y Bottari me dice que ‘empatamos, boludo’”. Nadie lo podía creer. Ni siquiera el presidente Daniel Vila: “No es cierto, me está cargando…”.
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