Por más que el “como sea” suene tentador y simplista a la hora de pedir triunfos, el “cómo”, a la larga o a la corta, siempre importa. Ganar merecidamente y dejando buenas sensaciones fortalece más que el resultado per se. Y eso es lo que consiguió Boca ante Banfield, marcando la diferencia que había que marcar, más allá de las limitaciones de un rival que no vino a pelear la posesión y tuvo 20 minutos en que merodeó el empate.
Sin ir más lejos, tras el 0-0 del primer tiempo y sin ser una aplanadora, el andar del equipo invitaba a pensar que el gol llegaría: el remate de Blanco tras buena recuperación de Battaglia en campo contrario, el bombazo de Paredes tras recibir de un recorte de Aguirre y armar pared top con Cavani, el cabezazo de Pellegrino tras centro de Merentiel, el mano a mano desperdiciado por la Bestia tras buen toque de primera de Palacios y el cabezazo débil del chileno tras conducir muy bien, abrir para Barinaga e ir a buscar la devolución al punto penal eran motivos suficientes para esperar la segunda mitad con optimismo.
Al minuto del complemento Aguirre tuvo el gol, en la primera y una chance clara no generada por juego. A los 5’ Paredes metió su enésimo pase de billar, esta vez para Cavani, que desde el área chica optó por no cabecear al arco, a tono con decisiones pasadas. Y a los 6’ el campeón del mundo se armó el espacio y remató pegado al palo. Mientras nos rompíamos las manos aplaudiendo al que tiene tatuada la Bombonera en el pecho, el gol estaba al caer.
Boca 2 - 0 Banfield | Resumen del partido
Dicho y hecho, a los 10’ Di Lollo condujo, Paredes vio luz y metió otro pase quirúrgico para Aguirre, que ganó bien la posición y centró para Merentiel: lindo amague, chau sequía y 1-0. ¿“Como sea”? “Como sea” iba a llegar el gol jugando así.
Tras la ventaja llegaron esos 20 minutos a corregir, similares a los que venía de vivir Boca en Mendoza, cuando se retrasó peligrosamente y dejó crecer al rival: fueron cuatro llegadas de Banfield, con una buena tapada de Marchesín en la única que agarraron mal parado al firme Pellegrino y un cambio que se demoró: Alarcón entró a reforzar el medio a los 75’.
Pasada la zozobra, otra pelota parada de Paredes terminó en festejo y chau partido: córner con veneno, cabezazo de Battaglia al travesaño y Cavani la empujó por fin al gol. Luego Zeballos tuvo el tercero, en el 19º remate de un Boca que llegó mucho y bien y de a poco se acomoda en las dos tablas.
Paredes, amo, señor y figura: es un placer verlo en la cancha jugando con la camiseta que amamos. Y empieza a contagiar al equipo. Battaglia cumple de doble 5. Di Lollo cumple de 2. Pellegrino juega siempre bien. Pista para Aguirre. Con intermitencias, levantó Palacios. Levantó Barinaga. Merentiel fue de menos a más y mojó. Cavani rebotó bien afuera del área y mojó. Más allá de que para mí un volante más por Edinson aceitaría el funcionamiento, pinta que en Mardel se repite el once por segunda vez. Y será una lógica decisión de Russo. A seguir sumando, Boca.
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