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La historia del hombre que ideó a McLaren, la tragedia que lo cambió todo y cómo hizo para dominar la F1

El equipo de Woking obtuvo su décimo Campeonato de Constructores el último fin de semana en Singapur y se afianzó como uno de los más ganadores de todos los tiempos. Surgió en 1963, a partir de la iniciativa de un piloto neozelandés y escaló posiciones hasta convertirse en uno de los cuatro grandes de la categoría.

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Por Thiago Cammarota
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McLaren ganó su décimo Campeonato de Constructores de F1 en Singapur y se convirtió en el segundo equipo más ganador de la categoría. (Getty Images)

De la mano de Lando Norris y Oscar Piastri, McLaren obtuvo su décimo Campeonato de Constructores en la Fórmula Uno. Bajo un cielo estrellado, acompañado de una temperatura y humedad agobiantes, el circuito urbano de Marina Bay, en Singapur, fue el escenario de una nueva coronación, con la que el equipo inglés dejó en claro que es el amo y señor de la categoría en el último tiempo.

No solo se convirtió en la escudería en asegurarse el campeonato con mayor anticipación, ya que todavía restan seis carreras (igualó la marca de Red Bull en 2023), sino que le lleva 325 puntos al segundo (Mercedes) y 350 al tercero (Ferrari). Una superioridad apabullante que se refleja en las estadísticas: ganó 12 de las 18 carreras disputadas hasta el momento.

Lo cierto es que el equipo naranja tiene un largo recorrido en la máxima categoría del automovilismo mundial y sus orígenes están lejos de los flashes y las luces de la victoria en las que se regocija actualmente. Su creador fue el neozelandés Bruce McLaren, quien era piloto del equipo Cooper y contaba con algunos años de experiencia en la F1. De hecho, fue el ganador del Gran Premio de Argentina de 1960, que marcó el retiro de un gran ícono del automovilismo nacional como Froílan González.

Bruce tenía apenas 26 años cuando, luego de varios desencuentros con el equipo britañico para el que competía, decidió marcharse y crear su propia escudería. Así, el 2 de septiembre de 1963 en un pequeño taller, McLaren Motor Racing Ltd vio la luz.

Sin embargo, a pesar de su enorme determinación, Bruce no contaba con los recursos económicos de Ferrari o el nombre y la tradición de Lotus, los reyes del deporte motor en aquel entonces. Por lo tanto, logró llevar adelante su iniciativa gracias al apoyo del emprendedor y empresario Teddy Mayer, quien fue el jefe del equipo hasta principios de los 80’, y de Tyler Alexander, quien también ofició como mecánico.

A pesar de que sus primeras competencias fueron en la Canadian-American Challenge Cup, categoría de automovilismo de velocidad que se disputó en Norteamérica hasta 1986, Bruce tenía entre ceja y ceja ingresar a la Fórmula Uno. Para hacer realidad su sueño, contrató a un joven ingeniero de 24 años llamado Robín Herd, quien sería el encargado de diseñar el auto.

Luego de casi un año de trabajo y varios dolores de cabeza, el resultado fue el M2B, el primer monoplaza de McLaren. El mismo presentó un modelo innovador para la época, ya que el chasis estaba elaborado con fibra de vidrio, más precisamente con un material llamado Mallite, similar al que se usaba en la cabina de los aviones, pero que nadie se había animado a utilizar aún en el deporte motor.

Además, el auto contaba con un motor Ford V8, que originalmente fue fabricado para los prototipos de IndyCar pero lo adaptaron a un F1, y pesaba alrededor de 530 kilos. Para trazar un paralelismo, los chasis de los monoplazas actuales son de fibra de carbono y pesan casi 200 kilos más que este primer modelo.

Finalmente, el equipo McLaren debutó en la Máxima el 22 de mayo de 1966, en el Gran Premio de Mónaco, uno de los más prestigiosos del calendario. Pero el estreno estuvo lejos de ser el soñado, ya que Bruce debió abandonar en la novena vuelta por culpa de una fuga de aceite. A pesar del mal resultado, él y un grupo de veinteañeros habían plantado la semilla de una escudería que florecería hasta convertirse en una de las más ganadoras.

Pero los éxitos no llegaron de inmediato. Tras dejar atrás muchos problemas de fiabilidad con diversos motores, la primera victoria se daría recién el 9 de junio de 1968 en Bélgica, en el viejo circuito de Spa Francorchamps, el cual ostentaba 14 kilómetros de longitud (el actual mide la mitad). A bordo del M7A, Bruce se impuso a colosos como la Ferrari de Jacky Ickx o el Ford de Jackie Stewart. Aquella fue la primera gran demostración de que McLaren era cosa seria.

Al año siguiente, Bruce alcanzó el tercer puesto en el Campeonato de Pilotos. Los autos naranjas comenzaban a robarse todas las miradas en el paddock. Justamente, la elección de un color tan llamativo y particular (que también utiliza hoy) tenía como objetivo que sus monoplazas se distinguieran en las transmisiones televisivas y así lograran llamar la atención de los sponsors y del público.

Pero cuando el equipo parecía entrar en una curva ascendente, sufrió un golpe tan duro como inesperado. Bruce perdió la vida el 2 de junio de 1970, mientras realizaba una prueba en el circuito de Goodwood a bordo de su M8D Can Am. La carrocería se soltó, perdió el control del auto y sufrió un choque fatal. Con tan solo 32 años, Bruce se despedía repentinamente de este mundo, pero con un enorme legado.

Teddy Mayer tomó las riendas del equipo y, tras unos primeros años en los que los resultados fueron esquivos, la primera gran alegría llegaría en 1974. Al volante del histórico M23 (hasta el año 2014 el monoplaza con más victorias en la historia de la F1, 16 entre 1973 y 1978), Emerson Fittipaldi alzaría su segundo campeonato del mundo de pilotos y el primero de constructores para McLaren.

A partir de allí, junto a Ferrari, Mercedes y Williams, McLaren se convertiría en uno de los cuatro grandes de la Fórmula Uno. Transitó su época dorada en los 80’ con Alain Prost y Ayrton Senna como protagonistas, ganó más títulos en los 90’, sufrió una considerable caída de rendimiento en el siglo XXI y tuvo su renacer en 2024 con la novena corona, la cual puso fin a una sequía de 26 años en Constructores, y que logró repetir esta temporada. Sin lugar a dudas, en línea con el deseo de Bruce, la escudería de Woking alcanzó un lugar de privilegio en el automovilismo mundial.

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