Sandra Rossi contó cómo se vivió desde adentro el día que Enzo Pérez atajó en River
Cuatro años y medio después de aquella noche única en la Libertadores, la médica especialista en neurociencia reconstruyó con crudeza y emoción cómo el plantel enfrentó el Covid, el miedo y la incertidumbre antes del partido en el que el mediocampista terminó defendiendo el arco.
La noche del 19 de mayo de 2021 no fue una más en la historia de River. En pleno pico de la pandemia, el equipo de Marcelo Gallardo salió a jugar un partido decisivo de Copa Libertadores con el plantel devastado por el Covid. Lo que terminó siendo una gesta inolvidable, antes fue miedo, tensión real de que todo podía desmoronarse.
Sandra Rossi, integrante del cuerpo técnico y especialista en neurociencias aplicadas al deporte, puso en palabras ese clima extremo. “Nos empezaron a testear en el campo de juego. Los positivos iban para un lado y los negativos para el otro. Era positivo, positivo, positivo… En un momento decíamos: ‘no llegamos a 11’”, recordó.
La incertidumbre crecía con cada resultado y la situación rozaba lo insostenible. “Yo pensaba: ‘en cualquier momento voy yo de cinco’”, confesó Rossi, aún sorprendida por aquel momento. Finalmente quedaron diez jugadores sanos y uno más que, si bien había dado negativo, estaba desgarrado y no podía correr. “Ese desgarrado era Enzo Pérez, que en ese momento era la estrella del equipo”, subrayó.
El día que Enzo Pérez se puso los guantes y el buzo de arquero en River
Fue entonces cuando emergió la figura del entrenador. “Marcelo los juntó a todos y fue muy claro. No se desesperó nunca. Les habló como si estuviera dirigiendo a la Selección, mezclando referentes y chicos de Reserva que no habían debutado”, relató Rossi. Sin arqueros disponibles, Gallardo lanzó la pregunta al grupo y la respuesta fue inmediata.
“Enzo dijo: ‘Marcelo, atajo yo’”, recordó Rossi, aún conmovida. “En un momento tan difícil, él se exponía a todo. Poder exponerse a que le hicieran 18 goles... Sabía que podía salir muy mal, pero entendía que su función era ponerse súper incómodo por el equipo”.
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