River y un retroceso hasta el primer semestre
Tras la salida de Salas, el equipo de Gallardo perdió la energía que el ex Racing había contagiado en los dos primeros partidos del Clausura y dejó en evidencia que, si hay lesiones, queda un plantel muy corto de delanteros.
En la antesala del primer mata-mata del segundo semestre, el sábado contra San Martín de Tucumán por la Copa Argentina -un partido que River no debería subestimar-, el equipo de Marcelo Gallardo volvió a las debilidades que caracterizaron la frustrante primera parte del año: un River previsible, sin gol ni alternativas ofensivas, corto de delanteros.
Para un 0-0 contra San Lorenzo que sería un gran candidato a ganar el campeonato de los partidos más aburridos en el Monumental de los últimos años, conspiraron dos factores. Por un lado, el golazo anulado a Enzo Pérez, que habría convertido una noche ya olvidada en histórica. Por cierto: si alguien elabora una lista de los mejores 100 goles anulados por el VAR, el de Enzo debería figurar no por la importancia del partido pero sí por su simbolismo, tal vez el último grito del ídolo.
Pero además, más allá de ese gol que -se supone- habría abierto el camino hacia el posible triunfo, River quedó condicionado por la lesión de Maximiliano Salas. Casi a continuación, el ex Racing salió con hielo en la rodilla y, todavía con Sebastián Driussi lesionado, entró Borja, el colombiano que hace rato ya parece haberse ido pero que siempre vuelve a jugar.
Tal como dijo Gallardo sobre el plus de energía que Salas le agregó al equipo, con su ausencia River volvió a ser un equipo unplugged, desenchufado en ofensiva: el área de San Lorenzo quedó lejísimos y, salvo la última de Giuliano Galoppo, Orlando Gill no tuvo trabajo en toda la noche.
Así fue el empate entre River y San Lorenzo
Al comienzo del segundo tiempo, a la salida de Facundo Colidio -"con algún problemita en el pubis", explicó Gallardo- le siguió el pobre ingreso de Gonzalo Martínez, pero también otra confirmación de la falta de variantes ofensivas que sufre el plantel: Ian Subiabre pasó de titular en el debut ante Platense a no sumar minutos contra Instituto y San Lorenzo.
En una histórica fecha de múltiples 0 a 0, y tras haber convertido siete goles en dos fechas, River no le escapó al promedio de ineficacia general. De hecho, no ganó ningún grande. Los problemas, en todo caso, están en La Boca y Avellaneda, pero a la vez River volvió a ser -sin Salas- un equipo rígido en ofensiva, como en el primer semestre, justo ahora que se viene un "mata mata" por la Copa Argentina, otro de los déficits de un River en deuda en los partidos sin red de protección.
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