Labruna, Bernabé, Charro Moreno y Minella: los desconocidos nombres oficiales de las tribunas del Monumental
En 1986, cuando la cancha de River fue bautizada “Antonio Vespucio Liberti”, cuatro sectores del estadio también recibieron los apellidos de históricos ex jugadores y técnicos. Sin embargo, por desconocimiento o falta de costumbre, esas denominaciones nunca se usaron en el día a día.

El 24 de junio, Newell's anunció que una de las cabeceras de su estadio, denominado oficialmente Coloso del Parque Marcelo Bielsa, fue bautizada como Tribuna Lionel Messi. Más allá de los cuestionamientos que disparó –“¿Qué hizo Messi por Newell’s?”, preguntó Juan Manuel “Chocho” Llop, tricampeón como jugador de Newell’s en 1988, 1991 y 1992-, la decisión del club rosarino puso en agenda los nombres de los estadios, un tema atrapante, controversial y, a veces, misterioso.
En el caso de River, por ejemplo, cuatro sectores de tribunas del Monumental fueron oportunamente denominadas Ángel Labruna, Bernabé Ferreyra, José Manuel “Charro” Moreno y José María Minella, cuatro ídolos y ex jugadores -y, en el caso de Labruna y Minella, también entrenadores- de las décadas del 30 al 70. El tema es que casi nadie, o directamente nadie, lo sabe. Y por eso son nombres que, aunque míticos en la historia del club, no se usan en el día a día.
Esa designación se remonta a una reunión oficial de Comisión Directiva, realizada el lunes 27 de octubre de 1986, que sí dejó una huella que dura hasta hoy. Esa misma noche, entre diversas órdenes del día, se votó que el Monumental pasara a llamarse oficialmente Antonio Vespucio Liberti en homenaje al presidente de River que más tiempo estuvo al frente del club, 20 años en cuatro ciclos, de 1933 a 1936, de 1939 a 1940, de 1943 a 1953 y de 1960 a 1967. En el primero de ellos, Liberti decidió la construcción del estadio, finalmente inaugurado en 1938, ya con otro presidente, José Julio Degrossi.
Hasta 1986, el escenario deportivo más grande de Argentina y casa de la selección no tenía un nombre oficial -ni, por supuesto, tampoco un naming comercial-, sino que simplemente respondía al adjetivo reconvertido en sustantivo propio con el que había sido bautizado por los medios y el público durante su edificación. “River construye un monumental estadio” derivó coloquialmente en “estadio Monumental”. Incluso, dado que la pista de atletismo apuntaba a la posibilidad de albergar los Juegos Olímpicos -Buenos Aires quedaría a un voto en 1956-, en algún caso aislado también fue denominado como estadio Olímpico.
Como nombre oficial del Monumental, Liberti -que había fallecido 10 años atrás, en 1976- debutaría con éxito apenas dos noches después de aquella reunión de Comisión Directiva: el 29 de octubre de 1986, River venció 1-0 al América de Cali y levantó por primera vez la Copa Libertadores. Hoy, el nombre del ex presidente ya resulta indisociable al estadio. Sin embargo, también en aquella misma reunión de dirigentes, la Memoria y Balance de 1986 dejó registrado nombres de ídolos y otros dirigentes para diversas tribunas.

La Centenario, en aquel momento el sector que recibía a los hinchas visitantes -llamada así por el nombre original de la avenida desde la que se accede, hoy Figueroa Alcorta-, recibió una nueva designación: desde entonces pasaría a llamarse José Degrossi, el ya citado presidente en la inauguración del estadio, en 1938, pero además artífice institucional de grandes éxitos deportivos. Con 12 títulos oficiales en sus dos mandatos, de 1936 a 1939 y de 1940 a 1943, Degrossi fue el mandatario con más campeonatos hasta la llegada de Rodolfo D’Onofrio -14-.
La otra cabecera, entonces llamada Almirante Brown -previamente Colonia, por la ciudad uruguaya que podía verse desde el estadio, y a partir de 2005 Sívori, por Enrique Omar Sívori, crack de los 50 y de cuya venta a la Juventus se construyeron en 1958 las plateas bajas y medias-, y las dos laterales, la general San Martín y la general Belgrano, mantuvieron sus nombres. Sin embargo, la Comisión Directiva también aprobó otros nombres para diferentes sectores de esas tribunas.
Las plateas medias pasarían a tener el nombre de cuatro ídolos futbolísticos. La tribuna media de la San Martín fue bautizada Ángel Amadeo Labruna, ícono riverplatense -fallecido hacía poco tiempo, en 1983-, ganador de 15 títulos como jugador entre 1941 y 1957 y seis como técnico de 1975 a 1980, también el máximo goleador del fútbol argentino y de los superclásicos. En los años siguientes, además, el vestuario local del Monumental y el puente cercano al estadio serían llamados Labruna, asimismo el primer riverplatense en convertirse en estatua.
Por su parte, el sector medio de la tribuna Belgrano fue bautizado Bernabé Ferreyra, el Mortero de Rufino, tremendo goleador de los años 30, acaso el mayor responsable para que River disparara sus éxitos y su popularidad en el comienzo del profesionalismo.
En cuanto a las cabeceras, la platea media de la entonces Almirante Brown (hoy Sívori) fue denominada José María Minella, un emblema del club. Como defensor ganó ocho títulos entre 1935 y 1941 y como técnico fue campeón nueve veces de 1947 a 1959. La platea media de la entonces flamante Degrossi, a su vez, recibió el nombre de José Manuel Moreno, el Charro, formidable integrante de La Máquina y multicampeón de River entre 1935 y 1944 y 1946 y 1948. Los cuatro homenajeados, además de Labruna, ya habían fallecido: Bernabé en 1972, el Charro en 1978 y Minella en 1981.

Pero además, en aquella reunión de 1986, se dispuso asignarles el nombre de otros dos ex presidentes a sendas plateas bajas. El sector inferior de la Degrossi (Centenario) pasó a llamarse José Bacigaluppi, primer mandatario riverplatense entre 1921 y 1925 -cuando el club dejó La Boca y se instaló en Recoleta, el paso previo a la llegada a Núñez- y de 1928 a 1931. Por último, el sector bajo de la San Martín fue bautizado Enrique Pardo, presidente de River entre 1953 y 1960, cuando se construyen las bajas y medias de la actual Sívori.
Ya en 2008, el primer nivel de la Belgrano pasó a llamarse Amadeo Carrizo, un tributo en vida al mítico arquero, aunque pocos lo recuerden. En un olvido superior cayeron siete de aquellas ocho designaciones de 1986: en el vocabulario de los hinchas de River, únicamente se aplica Liberti al estadio. En cambio, nadie le dice Degrossi a la Centenario, ni Labruna a la San Martín media, ni Bernabé Ferreyra a la Belgrano media, ni Minella a la Sívori media, ni Charro Moreno a la Centenario media, ni Bacigaluppi a la Centenario media ni Pardo a la San Martín baja. Los hinchas creen saber todo de su equipo pero el Monumental tiene nombres oficiales que nadie conoce ni usa.
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