Piedra libre para River
El equipo de Gallardo no supo esconder la pelota para asegurar un triunfo por el que había hecho poco, aunque condicionado por una formación alternativa. El 1-1 con Lanús fue una síntesis del 2025: River sobrevive en resultados y torneos pero sigue en deuda en el juego y no ofrece garantías.
No es que los resultados lo cubren todo, porque River todavía no ganó ningún título en el año, pero si a esta versión 2025 del equipo de Marcelo Gallardo le quitaran su muy elevado porcentaje de puntos (63%) y su bajísima tasa de derrotas (2 en 38 partidos), y su única carta de presentación pasara a ser el juego, a River le gritarían piedra libre.
Incapaz anoche de esconder la pelota en los últimos segundos -¿adónde fue Gonzalo Montiel, dónde estaba Kevin Castaño, por qué no cerró Milton Casco?-, los rivales también saben descubrir las debilidades de River, un equipo que sigue peleando en un cuádruple frente Clausura-tabla anual-Libertadores-Copa Argentina pero que ante Lanús confirmó que su supervivencia en resultados no se corresponde con la falta de garantías que ofrece en el juego. El futuro de River se monta sobre un toro mecánico.
Así como el jueves pudo haber quedado eliminado ante Libertad (lo que, en caso de no haber sido Gallardo el técnico, habría generado un cimbronazo sobre la continuidad de cualquier otro entrenador), y anoche estuvo a segundos de haber ganado en Lanús, para el partido del jueves ante Unión por la Copa Argentina no estaría de más prepararse para otro duelo taquicárdico, sin red de protección, capaz de lo mejor y lo peor.
En el Sur hubo algunas buenas noticias -aceptable partido de Juan Portillo y Lautaro Rivero en la dupla central, y toda la energía que contagió el regreso de Maxi Salas-, pero no dejó de ser un River de a ratos, espasmódico, esta vez condicionado por una formación alternativa a mitad de camino entre los octavos de final de la Libertadores y los de la Copa Argentina.
Lo mejor del empate entre Lanús y River por la Liga Profesional
Con Salas y Driussi en delantera, se supone que River debería tener otra presencia en ataque, mucho más agresiva que las balas de cebita que en las últimas fechas dispararon Facundo Colidio y Miguel Borja. Pero el problema de River en 2025, o desde el regreso de Gallardo, pasa también por ahí: todo es un "se supone". Y en el fútbol, la realidad del campo de juego todavía mata a la teoría.
El partido sin retorno contra Unión será importante además para develar qué mediocampo pondrá Gallardo. Con Enzo Pérez y Nacho Fernández ya titulares -y se supone que Juanfer Quintero también-, el Muñeco todavía no encontró un cuarto integrante que no sea héroe de Madrid: Kevin Castaño, Matías Galarza, Juan Cruz Meza, Santiago Lencina -y en menor medida- Giuliano Galoppo sumaron chances y no las terminaron de aprovechar.
El gol sobre la hora de Lanús duele, pero no dejaba de ser una noche "empatable". Como ante Libertad, el jueves contra Unión será otro momento determinante para un equipo que no pierde aunque tampoco gana los partidos clave. A River no pueden volver a gritarle piedra libre.
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