El River de Gallardo se sostiene por su pasado y no por su presente
La cuarta derrota seguida del equipo, en medio de jugadores sin reacción y un Muñeco sin respuestas, muy lejos de sus soluciones ganadoras de su primera etapa, deja al Millonario en crisis y muy condicionado para el duelo del jueves ante Racing.

Si Marcelo Gallardo dijo tras la eliminación ante Palmeiras que River era un equipo en construcción, lo que se vio en la penosa derrota contra Riestra, además de haber arruinado el festejo por el cumpleaños del club, fue un equipo en destrucción. En pleno tobogán de una crisis de juego, reacción e identidad aún mayor a la que desató el final del ciclo de Martín Demichelis, River sumó su cuarta derrota seguida, una racha adversa que habría generado el despido -o al menos el rumor o la posibilidad de despido- de casi cualquier otro entrenador.
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Tras el 1-2 con Palmeiras, 0-2 con Atlético Tucumán, 1-3 con los brasileños y el 0-1 con Riestra -y ya un año y medio sin un River acorde a su plantel-, los más memoriosos recordaron que la última seguidilla similar marcó el final de Leonardo Astrada, en 2010: fue un 0-2 con Boca, 0-1 con Argentinos, 0-1 con Lanús y 0-1 con Newell's que antecedió a un 0-0 con Atlético Tucumán que no evitó su despedida.
Por supuesto, el Muñeco es un tótem del club que seguirá en su cargo: su continuidad no está ni debe estar en discusión. Pero el problema de Gallardo es que, hasta ahora, su segundo ciclo no se sostiene por su presente sino por su pasado. ¿Qué diría el Gallardo CEO -tal como la futura dirigencia denomina a su puesto de encargado general del fútbol- del Gallardo técnico? ¿Cómo lo auditoría? ¿Por qué si, ya llegado octubre, River todavía no encontró el equipo, debería encontrarlo en lo que poco que resta para fin de año?
Setenta millones de dólares de refuerzos después, River no tiene ningún mediocampista titular. Se suponía que lo era Enzo Pérez pero, en la serie más importante del año, Gallardo prescindió de él a los 45 minutos del primer partido y lo mandó al banco de suplentes en el segundo. ¿Delanteros titulares a esta altura de 2025? Uno sólo, Maxi Salas, aunque también como necesidad de aferrarse a un jugador con intensidad en medio de compañeros anodinos, sin reacción.
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A River lo sacude un combo incómodo: un Gallardo sin respuestas -y ya lejos de su mejor etapa, en 2021- con muchos jugadores sin hambre ni rebeldía, demasiado cómodos y bien pagados, sospechados de aburguesados, con la panza llena. Y, también, o sobre todo, de no tener la jerarquía para jugar en River.El partido con Racing será acaso un match point para muchos futbolistas que insólitamente siguen sumando oportunidades.
En medio de ese contexto, contra Riestra volvió a suceder: un equipo con mandíbula muy débil en defensa, al que le llegaron dos veces y le convirtieron dos goles, pero también en situaciones que ya parecen semiamateurs. A River le tiran un córner y le hacen un gol, como sucedió ante Estudiantes, Palmeiras, Atlético Tucumán y Riestra. El error de Fabricio Bustos en el segundo gol marca también ese piso en las individualidades y cierto aura de mala suerte, en la que todo lo que puede salir mal, sale peor.
En un River sin reacción, como entregado a la derrota, Gallardo no fue la excepción. El Muñeco hizo pocos cambios, tres -Miguel Borja increíblemente completó los 90 minutos-, pero en el banco de suplentes tampoco había tantas soluciones, toda una demostración del muy mal armado del plantel. Sin variantes en ataque y con Juan Portillo de volante central, River está pagando en octubre los errores de planificación de las dos pretemporadas, la de verano primero y la de invierno después.
El momento más sensible del año de River -y de los últimos años- tiene al menos una buena noticia: Racing por la Copa Argentina, será a todo o nada. Y luego Central, también en Arroyito. Y luego el superclásico. Y luego la obligación de entrar a la Copa Libertadores 2026. Y luego la definición del Clausura. River tiene mucho por perder, sí, pero también por ganar. Este ciclo que se sostiene en el pasado, y no en el presente, tal vez encuentre su mejor aliado en el futuro.
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