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Pellizzari estrena su palmarés en El Morredero; Vingegaard, 2 segundos más líder

Pellizzari estrena su palmarés en El Morredero; Vingegaard, 2 segundos más líder

Pellizzari estrena su palmarés en El Morredero; Vingegaard, 2 segundos más líder

Alto de El Morredero (León), 10 sep (EFE).- El italiano Giulio Pellizzari (Red Bull Bora Hansgrohe) lució el maillot blanco de mejor joven de la Vuelta en la cima de El Morredero estrenando su palmarés como vencedor de la decimoséptima etapa, entre O Barco de Valdeorras y el Alto de El Morredero, de 143,2 km, en la que Jonas Vingegaard (Visma) reforzó su maillor rojo con 2 segundos.

El maillot blanco de Pellizzari (San Severino Marche, 21 años) se abrió paso entre las montañas negras abrasadas por los incendios, directo a abrir su historial con una exhibición en solitario que sorprendió a los favoritos de la general.

Un certero ataque a 3,2 km de la cima leonesa situada a 1.750 metros le dio la gloria a Pellizzari. La primera vez como vencedor en su segunda temporada de profesional. Señalando con el dedo el número 1, rompió la línea con un tiempo de 3h.37.00, a una media de 39,6 km/h. Le siguieron Pidcock a 16 segundos, Hindley a 18, Vingegaard a 20 y a 22 Joao Almeida.

Un pequeño pellizco de 2 segundos fue el pírrico botín de Vingegaard respecto a Almeida la víspera de la lucha individual contra el crono de Valladolid. El nórdico tiene 50 segundos de colchón con el ciclista luso y 2.28 respecto a Tom Pidcock. Todo indica que van a decidir el reloj vallisoletano y la Bola del Mundo de Madrid.

De la salida a una incierta meta

La Vuelta sigue instalada en los sobresaltos, las incertidumbres y el miedo a que los acontecimientos provoquen noticias trágicas. La organización pelea contra viento y marea para que la ronda llegue a Madrid, las Fuerzas de Seguridad del Estado multiplican esfuerzos y efectivos y los ciclistas exigen protección.

En O Barco de Valdeorras, en la frontera galaico-leonesa, en plena zona de buenos vinos, se conocía la salida, no la meta. Los ciclistas consultaron con su sindicato, el CPA, y acordaron que ante la menor amenaza verían con buenos ojos la neutralización de la etapa.

Por si fuera poco desvelo el asunto de las protestas propalestinas, se unió la incertidumbre de que la etapa de montaña pudiera finalizar en El Morredero debido a los vientos de más de 50 km/hora. La organización previó adelantar la última pancarta a 5 km del alto. Con el interrogante a cuestas salió el pelotón.

Penúltima jornada de montaña, con dos puertos y un final en alto muy atractivo en El Morredero, que esperaba por su vertiente más exigente, por desgracia con paisaje quemado por los últimos incendios. En ruta se empezó a escribir el guion más común. Una escapada de 12 corredores se lanzó a la aventura, más incierta que nunca.

El trabajo de Visma, UAE y Bahrain dejó claro pronto que no iban a permitir demasiadas alegrías a la fuga y además el Red Bull de Hindlay echó una mano para colocar a su líder en la lucha por el podio. Por delante trataron de sorprender el italiano Tiberi y el colombiano Harold Tejada, pero ambos claudicaron a 12 km de meta.

Pellizzari se presenta en sociedad con una gran victoria

El pelotón principal, unido en el comienzo del Alto de El Morredero (1a, 8,8 km al 9,7). Después de días convulsos ya era novedad que se pudiera subir sin alteraciones al coloso leonés que estrenó Roberto Heras en 1997 y coronó Alejandro Valverde en 2006. Carretera estrecha, curvas constantes, una escalada por una vertiente inédita, muy respetable, con rampas de hasta el 18 por ciento.

Cruel ruta, paisaje quemado acompañando el esfuerzo de los 11 hombres que seleccionó el Visma, en mayoría aplastante respecto al solitario Almeida, huérfano de compañeros del UAE. Pero la dureza del puerto solo eligió a seis hombres: Pellizzari y Hindley por el Red Bull, Vingegaard, Joao Almeida, Pidcock y Riccitello.

La subida se hacía cansina, con la sensación de que nadie quería quemar las naves subiendo El Morredero. Rompió ese ambiente de conformismo el joven Pellizzari, dispuesto a presentar su tarjeta.

¡Juventud, divino tesoro, te vas para no volver!", escribió Rubén Dario. Y no volvió Pellizzari después de lanzar un ataque definitivo a 3,5 km de meta. Ya no miró atrás el chaval. Subió como un titán y se llevó el premio gordo.

Victoria de prestigio para el corredor que representa el futuro del ciclismo italiano. Esta vez con la meta en su sitio, sin sobresaltos. Por fin un día tranquilo.

El reloj de Valladolid, penúltimo juez de la Vuelta

Este jueves se disputará la decimoctava etapa en la modalidad de contrarreloj individual con salida y llegada en Valladolid y un recorrido de 27,2 km. El trayecto urbano tiene un pequeño repecho en la parte inicial del recorrido, pero no presenta ninguna complicación técnica y será una buena oportunidad para que los especialistas recorten tiempo respecto a los escaladores.

Carlos de Torres

Pellizzari estrena su palmarés en El Morredero; Vingegaard, 2 segundos más líder

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