Los duelos pendientes de la Vuelta
Los duelos pendientes de la Vuelta
Alto de El Morredero (León, España), 10 sep (EFE).- La etapa con final en el tremendo El Morredero, subido por una pendiente vertical e inédita por el Alto de la Cruz y la localidad de Peñalba de Santiago, dejó varios duelos en la Vuelta 2025 que deberán resolverse los cuatro últimos días de carrera.
En especial la crono de este jueves en Valladolid (27,2 km.) y la última gran etapa de montaña, el sábado con final previsto en la Bola del Mundo. Ésta, la última de gran montaña de esta accidentada 80ª Vuelta a España.
Vingegaard-Almeida, por el maillot rojo
El primero de lo duelos es el que mantienen el líder Jonas Vingegaard y el segundo clasificado Joao Almeida por el maillot rojo, si bien este miércoles en El Morredero, debido al fuerte viento de cara queda daba a los corredores, ninguno de los dos atacó.
También es verdad que ninguno de los dos dieron las mejores sensaciones, ambos muy escondidos durante la subida y claramente con menos energía de la que mostraron Giulio Pellizzari, brillante ganador tras una subida tremenda, Matthew Riccitello, gran rival del italiano por el maillot blanco, y Tom Pidcock, segundo en meta.
En lo numérico, el danés, cuarto en meta, aventajó en dos segundos más al portugués, que ahora está a 50 segundos del liderato.
Pidcock-Hindley, por el podio
Pidcock, por cierto, también tiene su pelea particular. En su caso una lucha por el tercer peldaño del podio en la que parecía a punto de ser derrotado por Jai Hindley tras las duras etapas en Asturias con final en L'Angliru y La Farrapona.
Pero este miércoles el británico recordó a su primera semana y media y hasta amenazó con atacar al resto de favoritos. No lo hizo por el viento que soplaba, pero en el arreón final para ser segundo le sacó dos segundos a Hindley más otros dos en la bonificación.
Consecuencia, el inglés de Leeds supera en 36 segundos al australiano, tercero en la etapa y cuarto en la general, siempre por detrás de Pidcock.
Pellizzari-Riccitello, por el blanco
El italiano y el estadounidense fueron los dos grandes protagonistas de la subida. Más Pellizzari, con su brillante triunfo destacado en meta. Pero también Riccitello por sus continuos ataques y por la posibilidad de que obtuviese el triunfo siendo un corredor como es del Israel-Premier Tech. El equipo que ha desatado las oleadas de protestas y solidaridad con Palestina que acompañan día tras día a la Vuelta.
De haber llegado primero a la meta habría que ver las reacciones que desataría.
Aunque, ya en lo deportivo, el comportamiento del americano en la subida fue de destacar. No obstante, la posibilidad de acabar con el maillot blanco en Madrid se le ha alejado al 1.08 que se encuentra de Pellizzari, que este miércoles le alejó 36 segundos más.
Pulso fratricida Balderstone-Guareño por ser el primer español
Otro duelo mucho más modesto, uno que habla muy bien de los dos corredores pero mal del ciclismo nacional, es la pelea que mantienen dos compañeros por ser el primer español: Abel Balderstone y Jaume Guardeño.
Acostumbrados a relevarse en ese liderazgo de los corredores españoles, este miércoles el valenciano superó al catalán. Quien a su vez se mantiene por delante en la general. Casi de la mano toda la Vuelta, Guardeño fue duodécimo en la etapa y es decimocuarto en la general y Balderstone fue decimoquinto en la etapa y decimotercero en la general.
Entre ambos un suspiro, un minuto y 22 segundos, y los dos con el mismo sueño: acabar en el Top 20. Parecen tenerlo muy adelantado, pero habrá que ver quien por delante de quien.
Manifestantes propalestinos-Organización
El último de los pulsos que quedan pendientes es el más serio de todos, el que mantienen la organización, ya casi exhausta, y los manifestantes anti-Israel. Una quiere acabar la carrera como sea y los otros impedir que lo haga si dentro del pelotón se mantiene el conjunto israelí.
En ese duelo se esperan novedades tanto este jueves en Valladolid como el sábado en la Bola del Mundo, las últimas etapas clave. Pero puede que también el viernes en Guijuelo y el domingo, esa vez casi seguro, en el paseo final por Madrid.
Ramón Orosa
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