Los otros clubes que quedaron acéfalos en la historia del fútbol argentino
La crisis en San Lorenzo parece no tener fin. Sin embargo, no es la única institución que atravesó un momento sin rumbo presidencial porque vaios equipos grandes pasaron por lo mismo.

La acefalía en San Lorenzo se decretó el último martes, luego de denuncias de corrupción y coimas contra Marcelo Moretti. Para la semana próxima se convocó a Asamblea para definir la Comisión Directiva transitoria, aunque, por ahora, permanece sin rumbo presidencial. Sin embargo, no es el único equipo que atravesó estos duros problemas y, de hecho, ya le ha pasado a dos de los grandes del país.
Uno de ellos es nada mas ni nada menos que Boca, que estuvo verdaderamente en peligro en 1984, un año fatídico por varios motivos. Todo comenzó a gestarse años atrás, en 1981, con la adquisición de Diego Armando Maradona que luego explotó con deudas millonarias, imposibilidad de pagos de sueldos, huelgas de jugadores y del personal, además de que La Bombonera estuvo a punto de ser rematada.
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Domingo Corigliano fue el presidente electo en aquel período el 11 de diciembre de 1983, con poco más de 2500 votos, una cifra irrisoria a día de hoy pero que por aquellos días era lo normal. Ante la falta de pagos a los futbolistas, los del primer equipo decidieron frenar su actividad y los pibes tuvieron que dar la cara. Corigliano no encontraba apoyo por ningún lado y decidió dar un paso al costado, el 5 de noviembre de 1984. Fue en ese momento en el que el gobierno nacional de Raúl Alfonsin nombró a Federico Polak como interventor del club, el 29 de ese mismo mes. En el medio, la ya conocida historia de las camisetas hechas con fibrones que retrató la crisis de un club gigante. Tras la intervención de Polak, Antonio Alegre tomó las riendas de la institución el 4 de enero de 1985 y, a partir de allí, Boca comenzó a levantarse.
Racing, por su parte, vivió su época más oscura e inició de manera similar al Xeneize. En 1997 Juan Destéfano, presidente de la Academia antes del desastre, armó un super equipo con futbolistas de la talla de Rubén Capria, Teté Quiroz, el Colorado MacAllister, Chelo Delgado, entre otros, la mayoría de ellos traídos con promesas de pago. Sin embargo, el club no ganó ni pudo llevarse premios en dinero para abonar las transferencias y se comenzó a hacer una bola que explotó en 1999, bajo el mandato de Daniel Lalín y el famoso "Racing Club ha dejado de existir" de la síndico Liliana Ripoll tras el fracasado pedido de "quiebra con continuidad" de Lalín para que el elenco de Avellaneda no desaparezca. La deuda era más de 66 millones de dólares.
Luego de la renuncia de Lalín, la Justicia nuevamente hizo acto de presencia para intervenir al club en abril del 2000 durante casi un año en el que Racing permaneció sin conducción presidencial. Más adelante, apareció Blanquiceleste S.A. para hacerse cargo del gerenciamiento, con los "mandatos" de Fernando Marín y Fernando de Tomaso. Pero dicha empresa también quebró y Racing Club Asociación Civil se tuvo que hacer cargo de la última cuota que faltaba pagar para poder devolverle la institucionalidad a la entidad de Avellaneda. El juez Enrique Gorostegui, quien manejó las causas judiciales de la Academia por más de 20 años, firmó el levantamiento de la quiebra y así cerró una historia de diez años de frustraciones, con privatización fallida en el medio, y que restituyó Racing a sus socios en 2008.
La famosa frase de la síndico Ripoll: "Ha dejado de existir Racing Club Asociación Civil"





