Cambio de paradigma en el fútbol argentino: las razones de las nuevas cláusulas millonarias
Después del pase de Salas a River, en Racing se aseguraron que nadie les saque a Maravilla Martínez y le pusieron un monto de 122 millones de euros para rescindir, el más alto de la historia.

Este mercado de pases marcó un punto de inflexión en el fútbol argentino. Si bien hubo revolución por los retornos de los campeones del mundo, Ángel Di María a Rosario Central y Leandro Paredes a Boca, el verdadero simbronazo lo provocó la salida de Maximiliano Salas de Racing para seguir su carrera en River a través de la cláusula de recisión. La transferencia generó polémica por las formas e inmediatamente la Academia le mejoró el contrato a su otra gran estrella, Adrián Martínez, a quien le puso una cláusula multimillonaria de 122 millones de euros, lo que modificó el panorama.
La del goleador de la Academia es la cláusula más alta en la historia del fútbol argentino y sin dudas marca un precedente. La tendencia, desde este mercado, es la aparición de estos números exhorbitantes. No hay que olvidar que en este período de transferencias se marchó por la misma vía Franco Mastantuono, que tenía un monto de 45 millones de euros. El zurdo dejó el Millonario para continuar su camino en el Real Madrid y, a partir de eso, River se adelantó para no perder próximas promesas.
Es así como a principios de julio el club de Núñez le firmó su primer contrato al atacante Bautista Dadín, de 19 años y goleador de la Reserva, que puso el gancho hasta el 31 de diciembre de 2028 y fue blindado con 100 millones de euros. El mismo monto le pusieron al zaguero Lautaro River el viernes de la semana pasada cuando le mejoraron su vínculo y volvió al club tras un préstamo en Central Córdoba.
La dirigencia que encabeza Jorge Brito aplicó el mismo mecanismo en el caso de Alexander Woiski, el pibe nacido en Mallorca pero hijo de una argentina que llegó sorpresivamente libre en este mercado y fue abrochado por si algún gigante europeo decide venir a buscarlo.
Lo cierto es que este panorama parece cambiar las condiciones en el mercado local para lo que viene. Nunca antes hubo tantos futbolistas con cláusulas astronómicas como esta. El antecedente más cercano es el de Cristian Pavón en Boca, que como figura del azul y oro llegó a tener la misma cláusula que Mastantuono.
El descalabro es tal que las cifras de Maravilla y los juveniles de River equiparan a las de futbolistas campeones del mundo con la Selección Argentina que se encuentran en Europa. El club que quiera sacar del Manchester United a Lisandro Martínez o Alejandro Garnacho, uno que no fue campeón mundial pero sí de América, tendría que desembolsar lo mismo que por Woiski. Debajo de ese monto queda, por ejemplo, un volante como Alexis Mac Allister, que es figura del Liverpool.
Pese a las diferencias de poderío económico entre los clubes argentinos y los europeos, el fenómeno de las cláusulas tiene que ver con evitar que futbolistas jóvenes que tengan condiciones se terminen yendo al exterior sin que las instituciones formadoras los puedan disfrutar en Primera.
Por eso la mayoría de los mencionados son jugadores con proyección mientras que mayores como Maravilla Martínez no hay. Incluso, el propio goleador de la Academia lo aseguró: "Fue algo simbólico porque se hablaba mucho. Le dije a Milito que si firmábamos por estos años, que pusiera lo que quisiera porque yo firmaba para quedarme en el club, por más que me vinieran a comprar. Me dijeron que habían pensado en ese número y les dije que sí".
Está claro que lo que modificará este fenómeno es el mercado interno. Con cláusulas cada vez más elevada, podría evitar que entre clubes argentinos se las ejecuten entre sí, algo que era un acuerdo tácito pero que en ocasiones se rompe, como pasó con Salas. Pero el objetivo principal es que cuando desde Europa vengan por los chicos, las potencias deban sentarse a negociar con las dirigencias a no ser que estén dispuestas a desembolsar una fortuna.
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