A un año de la Copa Argentina de Central Córdoba: tres técnicos, pero un Dios verdadero
El camino hacia la obtención del título no fue sencillo. Lo inició Abel Balbo como DT, siguió Lucas González Vélez y terminó con De Felippe en el banco de los suplentes. Omar fue el único capaz de enderezar el rumbo deportivo y coronar el proceso.

Pasó un año de aquella noche santafesina donde Central Córdoba grabó su nombre entre los campeones. Con humildad y sacrificio supo hacerse un lugar entre aquellos que tuvieron el privilegio de levantarla. Esa Copa Argentina luego le abrió las puertas a las competencias internacionales y finalizó un capítulo de una historia que tuvo sus complicaciones.
Con la llegada de Abel Balbo, para el armado del 2024, se puso fin al primer ciclo de Omar De Felippe en Central Córdoba. Algo que sorprendió en el Oeste, porque los números con los que cerró el 2023 eran positivos. Aseguró la permanencia en la categoría y quedó a un par de puntos de meter en los cuartos de final del certamen local. Algo que no fue suficiente para su continuidad en el cargo.
El ex delantero de la selección argentina tuvo un arranque temporada turbulento. En las 12 primeras fechas, ganó 2, empató 4 y perdió 6. Generó la necesidad de avanzar de ronda en su debut en la Copa, porque previo al partido contra Quilmes ya se ponía en duda su continuidad. La victoria 3-1 en los 32avos de final eclipsó algunas de las falencias, que aparecieron nuevamente cinco días después. La derrota contra Estudiantes, por la fecha 13 de la Liga, lo eyectó del cargo.
El Ferroviario comenzaba la competencia con una goleada
Su reemplazante llegaba desde Colombia: Lucas González Vélez. El de las ideas revolucionarias, con una propuesta bastante ofensiva que sólo duró 9 partidos. Ganó solamente uno, justamente el que permitió dejar en el camino, en los 16avos de final, a Estudiantes. Alargó su permanencia en el cargo por tres fechas más. Las ocho fechas sin ganar en el torneo local exigían un golpe de timón.
Con el equipo en zona de descenso pensaron nuevamente en él: Omar De Felippe. Rápidamente, las partes llegaron a un acuerdo para su vuelta. Fue tan rápida que a los días ya estaba sentado en el banco de los suplentes contra Riestra. La derrota que sirvió para cambiar el chip. La victoria contra Defensa y Justicia fue la primera de una racha que quedará en la historia: 13 encuentros sin perder, con 7 victorias consecutivas. Avanzó tres casilleros en uno de los certámenes más federales, al dejar en el camino a Newell’s (por penales), Temperley y Huracán, para meterse en la gran final contra Vélez.
La noche del 11 de diciembre del 2024 fue la consagración proyecto, que en algún momento se vio interrumpido por esas cosas del destino, pero los números positivos y el gol de Matías Godoy fueron la confirmación de que era el camino a seguir. Porque la coronación en Santa Fe dejó en claro que hubo tres personas distintas, pero sólo un Dios verdadero: Omar De Felippe.
La gran final: El día de la coronación
El gol de Sanabria, el momento cúlmine de Central Córdoba en la Copa Argentina
No era un partido más. En la previa se había generado una necesidad de pasar de fase ante Quilmes, para evitar la salida de Abel Balbo. Fue la primera muestra de carácter un plantel que lo comenzó a resolver bastante rápido. En los primeros 45 minutos ya lo ganaba por 3-0. Uno de esos tres goles será difícil de olvidar, por la definición y por su festejo. Llegaba un centro desde la derecha y aparecía Mateo Sanabria para ponerle el cuerpo -más precisamente, la entrepierna- a la definición, lo que generó la reacción inmediata de los hinchas ferroviarios en el estadio. “Bien ,así Sanabria, con el p…”, gritaba uno, mientras lo felicitaba por la apertura del marcador, anticipando que era un gol difícil de olvidar y que su nombre también iba a queda en la historia, porque si bien jugó un solo partido, fue igual de importante que los que continuaron el proceso.
Sanabria y una definición para la historia
El de las grandes remontadas
Sobreponerse a situaciones límites también fue una marca registrada. Un equipo muy fuerte de la cabeza que tenía claro su objetivo: ser protagonista. El mensaje que comenzó a bajar, desde su llegada, Omar De Felippe. De a poco fueron ganando confianza y se animaron a dar pelea. Sacaron adelante partidos complicados, como los de Temperley y Huracán. Estando abajo en el marcador tuvieron la fortaleza para terminar ganándolos 2-1. El equipo de las remontadas.
Primera muestra de carácter: se lo dio vuelta a Temperley
Segunda muestra de carácter: remontada contra Huracán y pasaporte a la final
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