Un mal hábito muy común al comer que genera que aumentes de peso
Este error tan arraigado en la rutina puede confundir al cuerpo y favorecer el aumento de peso.

La mayoría de nosotros comemos apurados, casi en piloto automático, y eso altera la comunicación entre el estómago y el cerebro: la señal de saciedad llega tarde y obligamos al cuerpo a seguir consumiendo. Conocé los detalles.
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El motivo principal es simple: comer rápido provoca una ingesta mayor antes de advertirnos que estamos llenos. Esa costumbre también retrasa la digestión y eleva el riesgo de desarrollar síndrome metabólico, con problemas de presión, glucemia, colesterol y grasa abdominal.
¿Y cómo solucionarlo? Principalmente, aprendiendo a comer con pausa e intención:
- Masticar pausado y saborear cada bocado.
- Apagar el celular y la tele durante la comida.
- Apoyar el cubierto entre bocados y no devorar.
- Respirar hondo antes de empezar a comer.
- Escuchar al cuerpo: comer sólo hasta sentir saciedad.
Al enfocarnos en el ritmo, ganamos saciedad más rápido y comemos menos. También mejoramos la digestión, ayudando a absorber nutrientes de forma más eficaz.
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Aunque parezca un detalle menor, comer despacio potencia el bienestar general. Algunos nutricionistas advierten que hacerlo distraído —mientras miramos el celular, por ejemplo— no sólo prolonga el hambre sino que incrementa las calorías que ingerimos.
Además, este hábito mejora la relación con la comida y nos conecta con nuestras sensaciones de hambre y saciedad, evitando comer de más sin darnos cuenta. Incorporarlo en casa y en el laburo reduce kilos sin necesidad de dietas estrictas, sólo ganando atención al momento de comer.
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