Casi nadie lo sabe: por qué recomiendan poner molinillos de viento en el jardín de las casas
Más allá de lo decorativo, los molinillos de viento cumplen una función práctica y energética que muchos desconocen.

Aunque parecen un simple adorno, los molinillos de viento se volvieron una tendencia en jardines y balcones por una razón que combina tradición, energía positiva y utilidad. Detrás de su colorido diseño hay un motivo que pocos conocen. Conocé los detalles.
Mirá también
Los colores que eligen quienes están muy triste, según la psicología
Murió el tupper desordenado: el método que los organiza y además decora tu cocina
Según expertos en jardinería y feng shui, los molinillos ayudan a mejorar la circulación del aire y la energía del entorno, además de mantener alejadas ciertas plagas y aves que pueden dañar las plantas. En muchas culturas, el giro constante simboliza movimiento, renovación y buena suerte.
Su función va más allá de lo estético. Colocar uno o varios molinillos en el jardín puede aportar beneficios concretos:
- Ahuyentan insectos y pájaros gracias al reflejo y el sonido que generan.
- Favorecen la ventilación natural en zonas donde el aire suele estancarse.
- Atraen energía positiva, según las creencias orientales.
- Decoran y aportan color con materiales reciclables y diseños personalizados.
En el feng shui, se cree que los molinillos de viento actúan como un canal de energía que transforma lo negativo en vibraciones armónicas, especialmente cuando se colocan cerca de ventanas o plantas. Por eso, muchos los eligen como amuleto para equilibrar el hogar.
Hoy, esta costumbre tradicional se combina con el diseño moderno: hay molinillos hechos de metal, bambú o plástico reciclado, y algunos incorporan luces solares para crear efectos visuales durante la noche. Una práctica simple que une naturaleza, estética y bienestar.
Mirá también





