La fuerte conexión que existe entre los Labubu y Kuromi
Ambas creaciones para niños tienen un importante vínculo que habla de la nueva moda entre los niños.

A primera vista, Labubu y Kuromi parecen venir de mundos distintos: uno es una figura creada por el artista Kasing Lung; la otra, una de las estrellas más populares del universo Sanrio. Sin embargo, ambos personajes comparten un rasgo fundamental que los conecta profundamente: rompen con la idea tradicional de ternura, aportando un costado oscuro, rebelde y hasta sarcástico que los diferencia de otros íconos kawaii. Conocé los detalles.
La fuerte conexión que existe entre los Labubu y Kuromi
Kuromi, con su gorro negro con calavera y actitud punk, representa una alternativa a la dulzura pasiva de Hello Kitty. En tanto, Labubu combina una apariencia traviesa con rasgos que rozan lo monstruoso, como dientes afilados o miradas pícaras. En ambos casos, hay un juego entre lo infantil y lo desafiante, entre la simpatía y el misterio, que les permite conectar con públicos más amplios y con una sensibilidad estética diferente.
En redes sociales y coleccionismo, la conexión entre ambos se hace más evidente. Fanáticos de Kuromi encuentran en Labubu un compañero perfecto: no solo por lo visual, sino porque ambos representan un tipo de ternura que no es plana ni inocente, sino con personalidad, picardía y un toque de rebeldía. La mezcla de lo cute con lo gótico se vuelve un lenguaje en sí mismo, una forma de expresión que gana terreno entre adolescentes y adultos jóvenes.
Esta tendencia se enmarca dentro de una corriente más amplia del diseño contemporáneo, donde los íconos kawaii ya no son simplemente adorables, sino que se cargan de ironía, ambigüedad y capas emocionales. En ese terreno, Labubu y Kuromi se posicionan como figuras clave, no por su similitud exacta, sino por compartir un mismo espíritu: el de transformar la ternura en una forma de identidad y actitud.

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