Héctor Bellerín y una mirada incómoda para el fútbol: “Hay hombres que buscan un espacio fuera de la masculinidad hegemónica”
El lateral del Betis habló sin rodeos sobre los estereotipos en el deporte, la educación de los futbolistas y el miedo a la burla cuando se intenta salir del molde tradicional.
En un mundo históricamente atravesado por códigos rígidos y estereotipos marcados, Héctor Bellerín volvió a poner sobre la mesa un debate poco frecuente en el fútbol masculino. El defensor del Real Betis reflexionó sobre la masculinidad hegemónica dentro del deporte y advirtió sobre las dificultades que enfrentan quienes intentan correrse de ese molde dominante.
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En una entrevista con El Mundo, el futbolista español sostuvo que existe un grupo de hombres que busca sentirse cómodo fuera de los parámetros tradicionales, pero que muchas veces se ve frenado por el miedo al ridículo. “Hay hombres que de verdad están intentando encontrar un espacio donde sentirse cómodos fuera de la masculinidad hegemónica tradicional y la mofa puede asustar”, explicó, en una frase que rápidamente generó repercusión.
Bellerín también profundizó sobre la distancia estructural que separa al futbolista profesional del resto de la sociedad. Según su análisis, el vínculo entre el jugador y el hincha suele ser vertical y poco genuino. “Hay mucha distancia entre el futbolista y el ciudadano de a pie. Uno idolatra al otro, y el otro no sabe relacionarse porque desconfía. Se crean dinámicas de poder que distancian”, señaló.
En esa línea, cuestionó la falta de unión real dentro del fútbol masculino y la escasa conciencia colectiva sobre la responsabilidad social que implica formar parte de un ámbito tan privilegiado. Para el lateral, esa burbuja impide mirar más allá del rendimiento deportivo y entender realidades que exceden al campo de juego.
Otro de los ejes centrales de su reflexión fue el modelo formativo del fútbol de élite. El lateral fue crítico con un sistema que, según su mirada, prepara a los jóvenes únicamente para jugar. “No se le educa salvo en ser futbolista. A los 16 años te dicen que dejes los estudios y priorices el primer equipo”, afirmó, en contraste con otros deportes donde la formación académica es obligatoria.
También puso en cuestión los valores que se suelen exaltar en el ambiente: “Se habla mucho de respeto, sacrificio y esfuerzo, pero son valores muy orientados a la producción. Existen otros valores menos individuales que casi no se promueven”. Para el defensor, revisar estas lógicas es clave para construir un deporte más inclusivo y consciente.
Consciente de la imagen pública que se construyó a su alrededor, el ex Arsenal de Inglaterra rechazó las simplificaciones que lo reducen a rótulos como “el futbolista que lee”, “el ecologista” o “el de la moda”. “Me ponen etiquetas, pero son cosas que hago desde siempre. La materia prima es la misma, solo cambia el ángulo desde el que se mira”, explicó.
En ese sentido, recordó su infancia ligada al mundo de la costura y cómo ese entorno influyó en sus intereses actuales. Lejos de buscar provocar, el lateral reivindica el derecho de los futbolistas a mostrar facetas diversas sin ser juzgados ni ridiculizados.
Para Bellerín, el fútbol funciona muchas veces como un espacio de catarsis social, con reglas propias que no siempre se aceptarían fuera del estadio. “El fútbol se ha convertido en una especie de teatro romano”, describió, al tiempo que alertó sobre cómo ciertos colectivos no se sienten aceptados en ese ámbito.
Su mensaje final apunta a visibilizar una realidad poco explorada en el deporte: la pluralidad de identidades que conviven en el fútbol y la necesidad de generar espacios donde nadie tenga que esconderse para encajar. Una reflexión incómoda para muchos, pero necesaria para ampliar los márgenes de un juego que sigue siendo tan influyente como masivo.
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