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Sevilla sufrirá el cierre parcial del estadio por los incidentes en la derrota en el clásico ante Betis

En el encuentro, que finalizó 2-0 a favor de los Verdiblancos, los hinchas locales arrojaron objetos hacia donde estaban los jugadores visitantes.

Sanción a Betis
Sevilla fue sancionado por los incidentes ante Betis. (Fran Santiago/Getty Images)
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La Real Federación Española de Fútbol (RFEF) sancinó a Sevilla tras los incidentes ocurridos en la derrota por 2-0 en el clásico ante Betis disputado cuatro días atrás por la fecha 14 de La Liga. El organismo dispuso el cierre parcial del estadio Ramón Sánchez Pizjuán durante tres partidos oficiales, además de una multa económica de 45 mil euros por infracciones consideradas graves. La medida llega después de que hinchas locales arrojaran botellas y otros objetos hacia la zona donde estaban los jugadores visitantes, lo que hizo que el árbitro detenga el encuentro.

El Comité de Disciplina actuó con velocidad y notificó al club que, en un plazo máximo de 24 horas, deberá identificar de manera precisa qué sectores del fondo norte, de donde provinieron los lanzamientos consignados en el informe arbitral, serán clausurados. La RFEF busca asegurarse de que la sanción sea aplicada con exactitud y sin margen de interpretación, remarcando que la responsabilidad recae de forma directa sobre el comportamiento de la parcialidad local.

El árbitro paró en encuentro entre Sevilla y Betis porque los hinchas locales arrojaban objetos

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La decisión fue tomada tras analizar el reporte presentado por el juez José Luis Munuera Montero. En el acta, detalló que a los 79 minutos cayeron botellas plásticas, mecheros y otros objetos desde la tribuna. Si bien ningún proyectil impactó en los futbolistas, la repetición de episodios encendió las alarmas y activó el protocolo de seguridad del estadio.

El conflicto escaló minutos más tarde. A los 86’, justo después de la expulsión directa de Isaac Romero, volvió a registrarse una lluvia de objetos desde el mismo sector. Esta vez, Munuera Montero decidió detener el partido y enviar a ambos equipos a los vestuarios. La interrupción se extendió por casi veinte minutos e incluyó un aviso determinante: si la agresión se repetía, el encuentro sería suspendido definitivamente. Finalmente, el clásico pudo completarse sin nuevos incidentes.

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