Traverso reveló que casi no viaja a Japón para jugar ante el Real Madrid por una pelea con Bianchi
El campeón del mundo con el Xeneize pasó por Líbero Vérsus y contó detalles de aquella icónica final ante el Merengue que casi no disputa por un desencuentro con el Virrey.

Uno de los momentos más destacados de la exitosa carrera de Cristian Traverso fue la consagración con Boca ante el Real Madrid en la Copa Intercontinental del 2000. Pero toda hazaña tiene sus momentos complejos, y ésta no fue la excepción. En primer lugar, porque casi no viaja a Japón por una pelea con Carlos Bianchi, y luego por los intereses personales que atentaban contra la unión de un vestuario difícil de manejar. En este sentido, el Virrey brindó una charla que fue clave para poner el escudo sobre los nombres y vencer al equipo más grande del planeta.
Tras la consagración en la Copa Libertadores del 2000, la tercera en la historia de un Boca que no la ganaba hacía 22 años, Traverso padeció una pubalgia que no le permitía entrenarse con normalidad. "Me paraba como un viejo de la cama, estornudaba y me dolía el pubis", contó en Líbero Vérsus, en exclusiva con Zeapp Sports.
Más allá de esta situación, él hacía todo lo posible para estar en la cancha cada domingo: "Yo me pinchaba, me masajeaba, casi ni entrenaba y jugaba. Y yo creía que Carlos (Bianchi) eso me lo tenía que respetar". El entrenador, sin embargo, priorizaba a otros futbolistas en su lugar: "Carlos me limpió porque yo no estaba bien y estaba Chicho (Serna). Tuvimos un altercado en un entrenamiento y me echó. Me dijo ‘le estás faltando el respeto a tus compañeros’, me cagó a pedos adelante de todo. Y dije, 'ahora me recupero de la pubalgia' y me empecé a tratar".
Estuvo casi tres meses sin jugar y, a falta de dos días para la partida de Boca hacia Japón, Batista, uno de los ayudantes de Bianchi le comentó que iba a formar parte de la misma. "Yo ya estaba bien hacía un mes y no me ponía. En un momento dije, ‘estoy afuera’ y me metió último", contó.
La pelea con Bianchi que casi deja afuera a Traverso del partido ante el Real Madrid
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Una vez allí, Traverso reveló que hubo una charla de Bianchi que unió a un vestuario con muchos egos y muy difícil de admisitrar. “Entraron a jugar otras cosas que se nos fueron de las manos. En esto de pensar que tenemos la razón siempre nosotros los jugadores, se te van las cosas de las manos. Carlos lo entendió en aquel famoso partido con el Madrid. Ahí creo que hubo un antes y un después: ‘Muchachos, estamos en esta instancia por todo lo que hemos realizado’. Fue emotiva esa charla y yo creo que la necesitábamos tener nosotros, pero él se anticipó y la vio. Cuando vos ves que se te está por desarmar algo, necesitás un líder y Carlos hizo eso. La única manera de ganarle a un equipo como el Madrid era esa, poner a Boca por delante de cualquier cosa”, explicó.
Gracias a un doblete de Martín Palermo, el Xeneize se puso en ventaja antes de los diez minutos, un escenario igual de ideal que de inesperado. “Yo no soy de ir a festejar y en el segundo gol me arrimo y le digo a Pepe (Basualdo) ‘¿estamos 2 a 0 de verdad?’”, contó, todavía incrédulo por aquella ráfaga de goles.
Más allá del rápido descuento de Roberto Carlos, Boca aguantó el resultado más de 80 minutos y logró una de las victorias más resonantes de la historia del fútbol mundial. “Nosotros no cambiamos nuestra manera de jugar ni de entrenar porque venía el Madrid, al contrario. Los fuimos a buscar, a presionar y le metimos goles con nuestras armas”, señaló Traverso acerca de aquel encuentro.
Y añadió: "Estábamos convencidos. Teníamos un equipazo. Los de arriba sabían que nosotros íbamos a defender y nosotros sabíamos que los de arriba te lo ganaban en cualquier momento. Nos hicimos felices a nosotros los hinchas”.
Traverso reveló detalles de ña charla clave de Bianchi en la previa de la final ante Real Madrid
El oriundo de San Martín se quedó en Boca hasta fines del 2001, y tuvo la oportunidad de levantar otra Copa Libertadores y de disputar otra final Intercontinental, en este caso ante el Bayern Múnich y con resultado adverso.
Sus diferencias con la dirigiencia de Mauricio Macri lo hicieron emigrar a México, país donde vistió la camiseta del Querétaro y de Puebla. En 2004 retornó al Xeneize para jugar sus últimos 19 partidos antes de colgar los botines.





