Úbeda, clave para la levantada de Marchesín en Boca: "Me dio la confianza que necesitaba"
El arquero contó que el DT le dio un espaldarzo "cuando las cosas no salían", al igual que el resto del grupo. Además, contó el detrás de escena del penal atajado con Talleres.

Después de semanas bajo la lupa, cuestionado por su rendimiento en un presente irregular del equipo, Agustín Marchesín resurgió en su nivel y fue una de los baluartes del crecimiento de un Boca que ya está en cuartos de final del Clausura. Y, justamente, si el Xeneize pasó a Talleres en octavos mucho de eso tuvo que ver el arquero, gracias ese penal salvado cuyo trasfondo reveló este jueves: "En la cancha me dijeron cómo pateaba y por suerte salió bien".
La escena se vio en el momento, justo antes de que Mateo Cáceres se prepara para la ejecución desde los doce pasos: Milton Giménez se acercó al banco de suplentes, captó el mensaje del cuerpo técnico e inmediatamente le trasladó la información sobre el ejecutante. "Analizamos mucho el tema de los penales con los analistas de video del club. Tenemos un grupo de trabajo muy bueno", explicó en diálogo con la prensa desde el predio de Ezeiza.
Marchesín dejó atrás los murmullos de La Bombonera y los intercambió por aplausos en un puñado de partidos, que tuvieron su punto culmine el domingo contra Talleres. Según contó el propio golero, uno de los personajes clave detrás de su cambio de imagen fue el entrenador, Úbeda, porque "cuando las cosas no salían de la mejor manera, me daba la confianza que un arquero necesita".
"Claudio escucha mucho al jugador, acompaña. Le veo similitudes con Scaloni en ese sentido, en lo humano", agregó, en sintonía con el paralelismo que había trazado Leandro Paredes entre el Sifón y el director técnico de la Selección Argentina.
Junto a la banca del DT, "la gente y mis compañeros", Marchesín explicó que le aportó su cuota de redoblar los esfuerzos para revertir la situación: "Cuando las cosas no salen es cuando uno agacha la cabeza y más trabaja para seguir mejorando. Más en un arco como el de Boca; sé la responsabilidad que implica y la exigencia".
"A partir de la lesión me costó, venía bien. A medida que pasan los partidos me voy sintiendo más cómodo", cerró el arquero de 37 años, que en los últimos tres partidos no recibió goles, una muestra fehaciente del progreso en su rendimiento.





