Sobrevivió a Cromañón y se convirtió en una referencia del taekwondo argentino
Gabriel Taraburelli, quien fue cuarto en Sydney 2000, había ido a Cromañón a ver a Callejeros la noche en la que murieron 194 personas por un incendio en el boliche. Luego, acompañó a muchos deportistas, entre ellos, Sebastián Crismanich.
Gabriel Taraburelli estaba sentado sobre una marea humana, con la remera mojada y pensando en que ese era el último instante de su vida. Se acordó de sus familiares y de su hijo de 2 años, a quien imaginaba que no volvería a ver. Era el 30 de diciembre de 2004 y estaba en Cromañón, en el fatídico recital de Callejeros en el que murieron 194 personas. Hasta que de pronto, Taraburelli vio la luz que para él fue un salvataje y salió -sin estar muy consciente de lo que ocurría-, colgado del cuello de un bombero.
Taraburelli había asistido con un primo a aquel recital. Juntos se habían colocado cerca del escenario y fue su familiar quien le avisó, poco después de que empezará a tocar Callejeros, que el techo empezaba a incendiarse. Luego, llegó el caos. "De un momento al otro eso que era reducido se expandió para todos lados, empezó a llover fuego del techo, se cortaron las luces, el humo tomó todo el lugar, la gente empezó a desesperarse y te movían para cualquier lado. Mirándolo a la distancia, la clave fue que nunca me volví loco. Siempre intenté calmarme", le explicó hace poco el protagonista al diario Olé sobre cómo se salvó aquella noche.
Después de aquella catástrofe que le tocó transitar, su existencia se sostuvo en gran parte por el deporte. Cuatro años antes, el oriundo de San Justo había sido una de las sorpresas en la delegación argentina que disputó los Juegos Olímpicos de Sydney porque terminó cuarto en la categoría de 58 kilos y se volvió con un diploma olímpico. También había sido medallista de plata en los Juegos Odesur de Cuenca 1998, en 54 kilos.
"Empecé a entender la vida de otra manera: fue reconocer que se me dio una oportunidad más y empezar a disfrutar las verdaderas cosas, a tener otra visión de todo. Más allá de la familia que fue fundamental, el gran pilar terminó siendo el taekwondo. Poder dedicarle mi la vida al deporte, conseguir resultados, nuevas experiencias me reconfortó", dijo en la misma nota con Olé.
Unos 21 diciembres después, la vida encuentra a Taraburelli como el head coach general de los seleccionados argentinos de taekwondo. En el medio fue entrenador de Sebastián Crismanich cuando ganó la medalla dorada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. También tuvo éxito acompañándo a Juan Samorano, quien fue medallista de bronce paralímpico en Tokio 2020 y París 2024, y conduce a Lucas Guzmán, el más destacado de los argentinos. Esos logros lo convierten en una de los preparadores más laureados de la disciplina. Pero su gran regalo fue haber sobrevivido a una de las noches más trágicas del país.
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